Tener un flechazo con un perfume es un tipo de enamoramiento, uno poco frecuente si cada semana tienes la suerte de probar tres o cuatro lanzamientos nuevos (lo sé, chica afortunada). No me enamoro fácil. Me gustan muchos aromas, sobre todo si tienen flores blancas: jazmín, nardo, algo de azahar. Pero un flechazo es otra cosa. Para alguien que ama los perfumes como yo, un flechazo significa no llevar otro olor durante días o semanas, algo rarísimo. Significa rociarme las muñecas o las manos antes de dormir. Vaporizar mi pelo o mi ropa para olerme todo el rato mientras trabajo. No querer usar desodorante o crema con olor para que nada contamine mi aroma. Olvidarme de geles o champús perfumados. Cualquier cosa para conseguir ir todo el día en mi propia burbuja de olor. Me ha pasado con Guidance de Amouage. Pero no fue amor a primera vista.

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Terrazas de rosas en las montaña Jebel Akhar en Omán.

Amouage es una casa de perfumes que se creó en sultanato de Omán en 1983. Nació con la idea de que cada perfume fuera un regalo que representara la identidad del país, por eso su lema es: un regalo de los reyes. El propio Sultán Qabookks bin Said quería conseguir que la tradición perfumística de Omán pudiera regalarse a los visitantes. Así nació Amouage, que significa “las olas de la emoción” una mezcla de la palabra francesa amor y amwaj, en árabe, olas. Pero no, eso no fue lo que me enamoró.

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Cada perfume nació con una vocación de joya y objeto artesanal. Por ello los primeros frascos eran dorados y plateados y producidos de manera artesanal. Aunque los diseños han cambiado, el proceso sigue siendo manual y cada bote tiene una pequeña piedra que le da ese carácter joya. En Muscat, capital de Omán, se puede visitar The Amoauge Perfume Manufacture and Visitor Centre, donde además de conocer la historia de la marca, se puede ver el proceso de envasado de los propios perfumes. También permite conocer algunas de esas materias primas extraordinarias con las que trabajan. Las tres más destacadas son el ámbar gris (una pasta que se forma en el sistema digestivo de las ballenas); olibanum o frankincense una resina conocida como el mejor incienso del mundo; y la rosa omaní, llamada Rock Rose porque crece en las laderas rocosas de las cordillera Jebel Akhar en Omán.

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Ese trato a las materias primas se ha convertido en uno de los ejes primordiales de la casa y Renaud Salmon, director creativo de Amouage desde 2019, es el responsable. Él cree que todo empieza en la naturaleza, piensa que conocer los ingredientes, su procedencia, su calidad y su olor hacen que el proceso creativo de crear un perfume sea distinto. “Estar cerca de la gente es importante", dice en mitad de campo de rosas. Desde hace unos años, Amouage tiene como objetivo aumentar y recuperar alguna de las terrazas que cubren las laderas empinadas de las montañas de Jebel Akhar donde tradicionalmente se han recolectado. “Es un tipo de rosa damascena que tiene unos 30 pétalos. Es una hoja muy resiliente que huele a roca, a tierra. Se utiliza sobre todo para producir agua de rosas porque en Omán se utiliza en muchas cosas: para lavarse las manos, para comer, en rituales de bienvenida”, explica Renaud Salmon.

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Para alguien que ama los perfumes, poder participar en la cosecha de esas flores fue una experiencia que rozó el síndrome de Sthendal. Y decir rozar es mentir, porque se me saltaron las lágrimas de la emoción de estar en un sitio así, rodeada del olor a rosas, con la resina en las manos. Junto algunos grandes nombres de la perfumería como los perfumistas Hamid Kashani y Alexis Grugeon (creadores del Opus XV, King Blue) junto a Dominique Roques un experto en viajar por el mundo para localizar materias primas extraordinarias para los perfumes.

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Renaud Salmon, director creativo de Amouage, y Dominique Roques.

Amouage ha comenzado a trabajar con la Unesco y también con Dominique en el sur de Oman donde crece el árbol Boswellia Sacra de los que se extrae la savia con el mismo método desde hace siglos. Se hace con una herramienta mitad cuchara mitad cuchillo que sirve para retirar la parte superficial de la corteza, al quitar una de esas capas, la resina empieza a salir. No hay que hacerlo de manera muy profunda para no dañar al árbol. “Se trata de ‘estresarlo’ para que produzca la resina pero sin causarle ningún daño. Se deja secar esas ‘lágrimas’ durante dos semanas y luego se recogen para destilar”, explica Renoud. “Aunque pueda parece que ese incienso va a oler a humo, porque es lo que estamos acostumbrados a pensar, al principio es muy verde. Es como la navaja suiza de los ingredientes en perfumería, muy especiado, huele a eucalipto, a pimienta, y tiene toques minerales, huele a madera”.

Para conseguir que la recolección de ese incienso sea respetuosa con el medio ambiente y también que los trabajadores locales reciban un salario digno, Amouage está colaborando con Matheu Wright, un arabista que junto a Roques y los locales, quieren hacer de la zona de Salalah una referencia en la extracción de este incienso tan preciado. “Todo con la de que la cantidad de incienso que se utiliza en las fragancias realmente tenga peso en la composición y no sea solo testimonial, como pasa muchas veces en perfumería”, explica Renoud.

Alguien que ama los perfumes como yo, a fuerza de exponerse, ha conseguido distinguir algunos ingredientes cuando huele una fragancia. En mi caso, puedo separar por ejemplos las flores blancas de los cítricos, puedo distinguir una menta, un sándalo, o una vainilla. Saber si lleva un oud o almizcle… No consigo ir más allá de tres ingredientes distintos por perfume, a pesar de que las fórmulas son mucho más ricas. En el caso de Amouage soy incapaz. La cantidad, concentración y densidad de sus ingredientes me hacen complicado separar sus partes. Hay un aroma mayoritario pero soy incapaz de distinguir cómo se ha creado. Y eso es parte de su encanto.

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Tienda en el mall de Amouage en Muscat.

Su último lanzamiento es Love Delight, un gourmand floral con jazmín, rosa, jengibre, mandarina y vainilla, que pasa a formar parte de The Secret Garden Collection. Hubiera apostado cualquier cosa a que Love Tuberose, de esa misma colección que se lanzó en 2018 iba a ser mi preferida: nardo, jazmín y gardenia, que son todo cantos de sirena para alguien con mi amor por las flores blancas… Pero paseando por la tienda que han abierto en el mall de Moscat, inspirada en un eclipse solar en el desierto de Omán, diseñado por el estudio de arquitectura Heroine Paris, probé Guidance. ¡Ay, Guidance!

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Había visto ese frasco en muchos TikToks: rosa claro, un color que parece ayudar a cualquier perfume a venderse y sobre el que tengo serios prejuicios. Estaba agotado en casi todas las perfumerías. Pensé que no era para mí: rosa, incienso y ámbar gris. Justo los tres ingredientes base de Amouage mezclados en uno. Pero los prejuicios no son buenos, tampoco en perfumería. Lo probé en mi muñeca y ya no hubo vuelta atrás. Me pasé todo el viaje buscando ese olor en mis muñecas. Y ¿lo bueno de los perfumes? Que cuando quiera solo tengo que pulverizar otro poquito y vuelvo a meterme en esa burbuja.


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D. R.
Hotel Alila.

Destino Alila hotel: Amouage creo un pequeño restaurante en el hotel Alila en las montañas de Jabal Akhdar. Al acabar el ayuno por el Ramadán, y en una haima en el acantilado, podías ver la puesta de sol mientras comías recetas tradicionales y cóctel inspirados en los perfumes. El hotel se encuentra a 2000 metros de alturas y está lejos de la imagen desértica que puedes tener al pensar en Omán. Este hotel boutique con inspiración ecológica es en sí mismo un destino.

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Amaya Ascunce
Digital Director

Lleva más de 12 años dirigiendo y creando contenidos digitales en revistas de moda, belleza, cultura y estilo de vida. Los perfumes, leer y las películas del fin del mundo ocupan un alto porcentaje de su tiempo libre, cuando no está leyendo el móvil.  Estudió Periodismo en la Universidad de Navarra y ha publicado tres libros.