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La flacidez facial es uno de los procesos más complejos de tratar en dermatología estética. Esto se debe a que, por el envejecimiento, los tejidos de la cara pasan por diferentes cambios que son difíciles de controlar. Como explica la dermatóloga Ana Molina, por un lado, "se pierde el soporte óseo, que es la estructura que sostiene la piel; por otro, también se pierde grasa de la cara o, explicado de otra manera, se produce una reorganización de los compartimentos grasos de la cara y, por último, se reduce la elasticidad y firmeza de la piel por la disminución del colágeno".
No hay una edad exacta para empezar a preocuparnos por la flacidez facial porque cada persona es diferente. Sin embargo, a partir de los 40 practicamente todos los rostros se enfrentan a una reducción considerable del colágeno.
Hay hábitos que, mantenidos en el tiempo, ayudan a prevenir este tipo de problemas. Esos cuidados están formados por una combinación de tratamientos que, según la doctora Molina, se pueden colocar en una pirámide por orden de importancia. "En la base estarían las estrategias para protegernos del sol, realizar ejercicio físico y evitar una alimentación rica en ultraprocesados, azúcares y tóxicos como el alcohol o el tabaco".
Tratamientos para recuperar la firmeza y la elasticidad
En el siguiente escalón de la pirámide estaría la implementación de una rutina cosmética. "Es cierto que los cosméticos tienen poco impacto en la firmeza y en la elasticidad, pero si somos constantes con algunos activos como los retinoides, sí se consigue mejorar a largo plazo el grosor de nuestra piel, hacer que no esté tan delgada y mejore la producción de colágeno y elastina", advierte Molina.
Además de estas rutinas de prevención, también se puede implementar una combinación de tratamientos médicos. "Hay tratamientos inyectables con ácido hialurónico o inductores de colágeno, que sirven para estimular esta hormona y que son capaces de mejorar la flacidez", cuenta la dermatóloga.
Inductores de colágeno
Los inductores de colágeno son inyecciones que ayudan a activar la producción natural de esta proteína. Algunos especialistas, como el equipo médico de Quirón Salud, utiliza inyecciones de hidroxiapatita de calcio y ácido poliláctico, que son componentes de relleno infiltrables para estimular la producción de colágeno y que tienen un efecto inmediato y muy satisfactorio que perdura hasta dos años, según describen desde la clínica Quirón.
Este tratamiento está indicado para personas que presentan pérdida de volumen en los pómulos y descolgamiento en la línea mandibular. Se realiza en consulta y tiene una duración de entre 30 y 40 minutos. Permite el uso de una crema anestésica tópica si el paciente lo requiere, sin embargo, no se trata de un procedimiento doloroso. Tras la intervención, el médico realiza un masaje para que los inductores de colágeno se adapten a las necesidades anatómicas.
El efecto de las infiltraciones se nota de inmediato, pero el resultado final no aparecerá hasta pasado un mes.
Tratamientos de láser
Para la flacidez facial también existen otros tratamientos muy efectivos como, por ejemplo los de tipo láser. "Son estupendos para mejorar la firmeza de la piel", asegura la doctora.
Siempre pensamos en los tratamientos de láser como una solución para las manchas o para eliminar cicatrices, marcas de acné o arrugas. Sin embargo, también se trata de un procedimientos para tratar problemas de flacidez facial.
En el Instituto de Fotomedicina de Barcelona recurren frecuentemente a este tratamiento para solucionar, principalmente, la flacidez del cuello. Para ello, utilizan una tecnología llamada Necksculptor, que sirve para para reforzar y tonificar la musculatura del cuello y ayudar a recuperar el tensado del cuello.
Este tratamiento produce microcontracciones musculares prácticamente imperceptibles, que reactivan y fortalecen las fibras musculares e inducen la activación del metabolismo lipolítico. Es decir, tienen un efecto de eliminación de grasa y la activación de la microcirculación cutánea.
Lo ideal sería realizar de 4 a 5 sesiones por semana durante dos semanas para conseguir el resultado deseado. Además, los especialistas del Instituto de Fotomedicina, recomiendan realizar sesiones de mantenimiento con cierta frecuencia para mantener el tono muscular.
Tratamientos con radiofrecuencia
Por último, también puedes optar por estrategias en cabina, como la radiofrecuencia, que también ayudan a mejorar este problema. Estimula la producción de colágeno y activa la circulación sanguínea.
La radiofrecuencia es un método avanzado para mejorar la flacidez de la piel, sin incisiones ni periodo de recuperación. Desde la clínica de estética IML, explican que esta técnica se basa en el calentamiento del tejido a una temperatura externa de entre 45-55 grados centígrados. Esto estimula la creación de colágeno nuevo para tensar la piel. También favorece la circulación del tejido subcutáneo.
Para este tipo de tratamiento tampoco se necesita anestesia, de modo que el paciente puede retomar su rutina diaria de inmediato. Para notar grandes resultados, los especialistas de esta clínica recomiendan realizar un mínimo de 3 o 4 sesiones.
Lo más importante es que en casi todos los casos "hay que combinar tratamientos", ya que la firmeza es de lo más difícil de conseguir en cuestiones estéticas, según Molina.
Cuándo empezar a tratar este problema
Una de las cosas que más recalca la dermatóloga Molina es que la flacidez facial "hay que tratarla de forma individual en cada caso". Hay personas de 20 que por sus malos hábitos como tomar el sol sin protección puede tener una edad cronológica de la piel de 30 o viceversa.
Por el contrario, una persona de 50 que se ha cuidado muchísimo y se ha realizado tratamientos puede presentar poca flacidez para su edad.
Lo que ocurre es que es necesario prevenir con una buena rutina para que al llegar a los 40 o a los 50 no haga falta realizar tratamientos tan agresivos para solventar el no haberse cuidado antes.
Lo ideal es que cuando empezamos a notar los signos del envejecimiento de forma más acentuada, que suele ser en la década de los 30, empecemos a reforzar esa rutina de cuidado facial y le dediquemos más tiempo a nuestro rostro. Pero que ese cuidado ya venga de antes.
No se trata únicamente de hacernos tratamientos contra la flacidez. Al final, como cuenta la dermatóloga, todo lo que vaya alineado con una filosofía del well-aging será bueno para lucir un rostro radiante a los 40, a los 50 y a cualquier edad.
Michelle Avís es experta en belleza, fitness, moda y celebrities. No hay actividad deportiva que no haya probado ni rutina de belleza que se le escape. Sigue de cerca todos los trucos de las celebrities para sacar su versión más healthy, así como sus marcas de moda favoritas.
Se graduó de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y está especializada en Marketing y Comunicación de Moda y lujo por la revista Elle.
Le encanta bucear las redes sociales hasta descubrir los últimos imprescindibles de cada neceser beauty, inspirarse con los looks de street style de cada Fashion Week y fichar las recetas más fáciles y rápidas de preparar. Si hay algo que cumple a rajatabla son sus clases de crossfit, su ritual de cuidado de pelo y desmaquillarse cada noche. Siempre lleva en el bolso un brillo de labios, una crema de manos y un perfume mini talla.