Las manicura de gel, la semi y la permanente son la solución para muchas de todos sus problemas con las uñas. Quien se las muerde o las tiene muy cortas y las quiere llevar más largas y siempre bonitas sólo tiene que recurrir a la primera opción. Si el problema es que no te dura nada la manicura, la permanente hace que tengas las uñas impolutas cerca de un mes (más o menos). Pero el precio a pagar por esto es caro: la salud de las uñas originales.

Cuando se retira la prótesis de gel o el esmalte, la uña aparece astillada cuando no rota, levantada a capas y muy muy frágil. Echamos la culpa al esmalte, que pensamos que es más fuerte y agresivo que los tradicionales, pero la calidad del producto sólo tiene una parte de la culpa. Como apunta Marta Pons, experta en cosmética y dermofarmacia, los inconvenientes de este tipo de manicuras vienen con el proceso de retirada.

"No hay nada mejor que un torno bien manejado. No tocan mi uña y siempre dejan una capa de la base", indica. Pero no es lo único.

Qué hacer para evitar que la manicura permanente dañe las uñas

"Otra cosa que también ayuda es poner una capa de Biab, que ayuda a fortalecerlas. Y con este gel también me hacen la nivelación".

El Biab es un tratamiento de uñas que combina los beneficios del esmalte permanente con el gel constructor. Es flexible y fortalece la uña. Con él se pueden crear extensiones y dar forma a las uñas. De esta manera, podrás llevar las uñas largas sin necesidad de prótesis. También aporta resistencia y durabilidad (su efecto dura hasta 4 semanas), y como es pigmentado se puede usar solo o como base para un esmalte permanente.

Sirve para hacer la nivelación de las uñas justo porque funciona como base y perfecciona la uña, corrige imperfecciones y la hace uniforme.

"Por supuesto, también influyen la calidad de los productos que usen y las lámparas", confirma como decíamos al principio. "En muchos sitios tienen lámparas UV y LED, pero lo mejor es que sean solo LED, porque así los rayos UV no dañan la piel", concluye.

Headshot of María Muñiz

María Muñiz es experta en belleza. No hay tendencia en manicuras y pedicuras, truco de maquillaje o corte de pelo de moda que se le resista. Lo que más le gusta en el mundo es un pintalabios rojo que se pueda sumar a su colección de más de 100, además de probar lo nuevo en tratamientos para el pelo fino, aceites para labios, cremas de todo tipo, sérums y contornos de ojos posibles. Eso sin contar cada perfume que ve la luz. Si pueden ser perfumes florales y frescos, mejor.

Por eso, no puede vivir sin redes sociales, en las que bucea hasta que da con lo último que se lleva en cada espejo y neceser del mundo (hasta lo que pasa más desapercibido). Internet es su medio natural, se siente como pez en el agua después de una trayectoria de casi diez años en medios digitales, que comenzó cuando se graduó en Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

Desde entonces, María Muñiz ha pasado por cabeceras de moda y belleza como Harper’s Bazaar o Cosmopolitan como redactora de belleza. Ahora ha vuelto a ELLE, uno de los primeros medios donde pudo especializarse en la comunicación digital, para tomar las riendas de la sección de belleza, contarte todo lo que necesitas saber sobre novedades y tendencias y crearte alguna que otra necesidad.