Pienso que no parece una enferma oncológica. Al ponernos a hablar, me doy cuenta de que yo también he caído en el estigma de una palabra de la que realmente tengo la percepción de lo que se ve en las películas. El miedo del cáncer asociado a la muerte. A ella también le pasaba antes de que se lo diagnosticaran.

"Nadie se atreve a decir: “he tenido cáncer”. Eso es importantísimo. Precisamente para normalizar una enfermedad que no hay que banalizar"

¿Cómo fueron tus primeras 24 horas?

Cuando escuchas la palabra cáncer directamente es cáncer/muerte. Directamente. Es decir, yo una de las cosas que más reclamo ahora es quitar el estigma de la palabra. Desde el primer momento lo llamé por su nombre. Quise saber todo lo que te pueden decir en ese momento de tu cáncer, que es poco y pregunté: “¿me voy a morir?” y me dijo el cirujano: “Sí, pero de esto no”. Por tanto, si de esto no, “¿qué hay que hacer?”. Cuando llegamos se lo dijimos a nuestros hijos. Mi marido se vino arriba y dijo: “mamá tiene cáncer pero el de mamá es de los buenos”. Como si hubiera cáncer buenos y malos. La reacción de mis hijos fue lo que más me emocionó. Tengo hijos mellizos. Mi hijo reaccionó como una estatua de sal, es como sí, se quedó como: mmmmm…. “reacciona”. Y ella como: “ay mamá”. Fue el único momento en el que yo me emocioné. Cuando mi hija me abrazó como si fuera el hermano oso, me abrazó, me cogió muy fuerte y se puso a llorar: “mamá, mamá, mamá”. En ese momento pensé: “ay yo no me quiero morir, porque yo no me quiero perder la vida de esta chica, ni de ese chico. Quiero estar en su vida. No quiero”. Y le dije: “No me voy a morir. Yo no quiero dejar de estar a tu lado”.

mabel lozano nos habla de cáncer de mama
Borja de Lama


¿Te costó contarlo?

Yo viví mi cáncer de mama durante el confinamiento, más heavy, en el 2020. Ya te digo que yo entraba en el hospital y salían todos los ataúdes. Y yo entraba sola. Entonces, cuando ya me operé y ya hubo un diagnóstico de nombre y apellidos de ese cáncer. Lo publiqué en las redes sociales con total normalidad: “No te olvides de las revisiones”. El cáncer te toca y te toca. Es decir, ¿qué son las papeletas?; ¿qué te da las papeletas? Ser una mujer del primer mundo. Te toca y te toca. Y punto.

¿Qué es lo que desconocías del proceso y te hubiera gustado que te hubiesen contado?


Nadie te cuenta la cantidad de secuelas que te deja un cáncer, porque dicen: “a ti nadie te ha dado quimioterapia, solo radioterapia”, pero te tienes que tomar una pastilla cinco años después. Una pastilla que te duelen todas las articulaciones, pierdes la memoria, la vagina se te queda como el desierto de Atacama. Nadie te cuenta todas esas cosas. Ni siquiera, nadie te cuenta cuando te operan, te hacen la cirugía, radioterapia, nadie te dice: “no muevas el brazo, no cojas peso…”. Cuando lo vas a mover, el brazo se ha congelado. Te duele y nadie te dice por qué te duele. Nosotras hemos escrito el libro que a nosotras nos hubiera gustado leer: 'Te invito a un mojito'. Sin oscuridad, sin dramatismo. Es verdad que sin banalizar esta enfermedad que es una mierda pero contando las cosas. Te va a pasar esto, esto, esto, y dando también soluciones y remedios. Remedio de: ¿dónde te compras el sujetador más barato que se abroche delante?

¿Qué hay después del cáncer?

El cáncer no es una enfermedad cualquiera. Es una enfermedad muy malaje y muy resabiada. Los cánceres como el mío, que son hormono dependiente, te tienes que tomar una pastilla durante 5 años, una pastilla que tiene muchísimas contraindicaciones, pero muchísimas. Desde esa sequedad vaginal, que es importantísimo, porque es importantísimo hablar de la sexualidad femenina. Queremos seguir teniendo una sexualidad sana. Yo imagino a una mujer de un pueblo pequeño de Extremadura que dice: “bueno, esto es lo que hay, esto es lo que hay, porque me han salvado la vida. Ya no tengo cáncer, ya no me muero y me quedo con todo eso”. Pues no, hay que de verdad, hay que protestar y hay que intentar no quedarse con todas estas cosas. Sobre todo para que se siga investigando. Hay que intentar, pues que si te duelen las articulaciones, cómo no me van a doler o todas estas cosas que el cáncer deja muchas secuelas y nadie habla, porque en definitiva, ya te he salvado la vida. Vives, qué más te da, si te duelen las articulaciones o si no puedes tener una vida sana o si pierdes la memoria. ¿Qué más da todo esto? No, no, no, yo como la carta de los reyes magos: Lo quiero todo

"No soy una valiente, yo tengo miedo y tengo derecho a tenerlo"

¿Qué es lo que más te ha molestado?

Todo el mundo te dice: “venga, ánimo, valiente, guerrera, tú puedes”. O sea, todo lo que está relacionado con cosas bélicas, no. Guerrera, valiente, lucha, batalla. No soy una guerrera, soy una enferma oncológica. No soy una valiente, yo tengo miedo y tengo derecho a tenerlo.

Un mensaje de ánimo

Pues a una mujer que acaba de recibir el mensaje de “tengo cáncer de mama” que sepa que no está sola, que somos muchísimas, muchísimas las que estamos aquí. Y, que el presente es un regalo, con lo cual hay que vivir ese regalo todos los días.

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María García-Tenorio es Social and Community Manager en ELLE