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Situada en un enclave privilegiado, donde el río Guadalquivir abraza al oceano Atlántico frente al parque nacional de Doñana, Sanlúcar de Barrameda se alza como uno de los destinos top del momento. Puerta del Nuevo Mundo, de aquí partió y aquí regresó hace 500 años la expedición de Magallanes y Elcano que culminó con la vuelta al mundo, lo que convirtió a la ciudad en el centro del planeta.
Su pasado glorioso se traduce en un rico patrimonio artístico y cultural, que salpica la localidad con palacios nobiliarios, casas señoriales, iglesias y conventos barrocos y exuberantes jardines de especies exóticas. El casco antiguo, en el barrio Alto, alberga la iglesia de Nuestra Señora de O, de estilo mudéjar, adosada al palacio Ducal de Medina Sidonia (también conocido como palacio de los Guzmanes), un magnífico edificio del siglo XV, residencia de los antiguos señores de Sanlúcar. Alójate en su Hospedería y disfruta de su precioso jardín y unas vistas impagables.
EL ARTE DEL TAPEO
Pon rumbo al centro, no sin antes asomarte al bullicioso mercado de abastos, donde podrás encontrar las papas de Sanlúcar, dulces y sabrosas gracias a la salinidad de la tierra, y una gran variedad de puestos con pescados, mariscos y hortalizas de la zona. En la popular plaza del Cabildo, rodeada de multitud de bares y terrazas, se encuentre Casa Balbino, una taberna típica de paredes con recuerdos taurinos cuya tapa estrella, la tortilla de camarones en forma de encaje, quita el sentío.
Tras este pequeño festín, encamina tus pasos a la histórica Bodega la Gitana, donde la octava generación de la familia Hidalgo sigue elaborando manzanilla y todo el elenco de jereces. Pide echar un vistazo al geriátrico, como cariñosamente llaman a la bodega donde guardan los vinos viejos más preciados.
Junto al patio se encuentra Entrebotas, un coqueto restaurante de platos a la brasa y arroces con un twist elaborados con productos locales. Disfrútalos en las mesas al fresco, ideales para las cálidas noches de primavera.
Y si buscas un lugar donde te sorprendan, no dejes de pasar por Avante Claro, donde ellos mismos afirman que experimentan con los sabores al transformar platos tradicionales con un toque de innovación... pero sin perder la esencia.
CATEDRALES DEL VINO
La manzanilla -una joya enológica elaborada con uva palomino- solo se produce en esta ciudad, debido a la particularidad de su clima, en una veintena de bodegas con solera que merecen una visita. Las de Barbadillo, en el barrio Alto, junto al castillo de Santiago, presumen de una de las más altas del Marco de Jerez.
De sus características puertas rojas sale la famosa Solear. Si buscas descubrir un tesoro escondido, no puedes perderte la sacristía (así se denomina al espacio donde se guardan las reliquias vinícolas) de la bodega Argüeso , que ocupa el lugar dela antigua sacristía del convento de Santo Domingo, del XVI, anexionada a la bodega y que preside un retablo de época.
TRADICIÓN MARINERA
Descendiendo hasta la orilla del Guadalquivir se llega a Bajo de Guía, escenario de las famosas carreras de caballos en la época estival con Doñana como telón de fondo. En primera línea de playa, jalonada por tabernas marineras, destaca Casa Bigote. Este lugar de peregrinación para foodies empedernidos rinde homenaje al langostino, rey de la gastronomía sanluqueña, que recibe cada día de la lonja de Bonanza. Además, borda los guisos del mar, los pescados al horno y las acedías fritas.
Si buscas probar unos sabores diferentes, reserva en Bota Punta. Allí el dúo compuesto por Santiago González -a los fogones- y Daniel Jiménez–dominando la sala-, asombra con su divertida "cocina tradicional con un toque canalla" y su coctelería de autor.
Comienza con un manzanilla sour, la bebida peruana en versión sanluqueña, mientras mordisqueas su pan rústico de algas. Sumérgete en un mundo de sensaciones con el calamar a la carbonara con queso payoyo. Todo regado con una manzanilla de El Guerrita, elaborada en exclusiva para ellos.
Uno de los sitios de moda en la ciudad gaditana es Porto 7, muy cerca del recinto ferial. En este restaurante podrás degustar unos deliciosos langostinos, unas tortillitas de camarones de esas que quitan en el sentido y unos arroces que merecen la visita. Y su lo que buscas es cocina tradicional, elaborada con productos de calidad, no puedes dejar de pasarte por Balbiana, donde podrás tapear y llenar la mesa de platillos con muchísimas opciones para comer de todo. ¿Nuestra recomendación aquí?: las tortillitas de camarones y el pescaíto frito. Y además no vas a romperte el bolsillo porque tienes tapas por unos 3 euros.
Te recomendamos que no te pierdas El Espejo, recomendado por la Guía Repsol. Ubicado frente al ayuntamiento, ocupa las antiguas caballerizas fel hotel Posada de Palacio, un edificio histórico y también tiene un patio andaluz con mucho encanto. Su carta es de tindes modernos, elaborada con productos de cercanía y técnicas contemporáneas. No te pierdas su Tartar de Atún con ajo blanco. Tiene dos menús degustación y destacable es también su enorme variedad de vinos por copas del marco de Jerez.
Una de las mejores y más valoradas terrazas de Sanlúcar es la de La Lobera, donde te recomendamos que pruebes las diferentes preparaciones con atún que ofrecen.
A pie de playa te recomendamos La Lonja, donde además de un delicioso atún de la zona podrás comer algunos de los mejores arroces de la ciudad marinera.
Si buscas algo diferente pero donde no se olvidan de las raíces, Doña Calma Gastrobar es un lugar ideal para disfrutar de los platos típicos sanluqueños con un toque de vanguardia. No te olvides de pedir los langostinos o el atún, preparados ambos en diversas opciones que te gustarán seguro. Y de entre las opcionee con una relación calidad-precio excelente tienes el restaurante Momentos, especializado en cocina tradicional mediterránea bajo el mando del chef Javier Martín. Aquí vas a encontrar platos como el Crujiente de langostinos con crema de boniato, los Huevos invertidos con jamón o el Solomillo con salsa mozarabe.
Restauradora de formación y comunicadora por vocación, su gran curiosidad, su pasión por los viajes, su fascinación por la buena cocina y por las grandes figuras actuales, le llevó en 2002 a aterrizar en la revista Elle. Cambió los pinceles por la pluma (o lo que es lo mismo, por el ordenador), y con la meticulosidad innata que le caracteriza, pasó de recuperar la belleza y el esplendor de una obra antigua, a sacar a la luz todo el talento y la pasión de grandes creadores de nuestra época. Ha visto nacer dos grandes proyectos: Elle Gourmet hace 8 años y ahora, la web de Elle Gourmet. Jefa de Estilo de Vida en Elle y Content Editor en Elle Gourmet, además de coordinar equipos, ha escrito de destinos, de restaurantes y hoteles. Ha entrevistado a cocineros, artistas, diseñadores de moda, arquitectos, interioristas, emprendedores, modelos y visitado más de cien destinos por todo el mundo.
