Siempre he envidiado las meriendas entre semana que disfruta mi abuela junto a sus amigas mientras comparten sus vidas y resuelven el mundo. No solo por la disponibilidad del tiempo libre para alegrarse el día con una buena charla, sino porque siempre quedan a darse un homenaje 'gastro' con una buena taza de chocolate caliente con churros. Y ellas sí que saben dónde están los mejores. Y si se tercia, se acercan a algún bar de señoras bien para alargar con un gin tonic. La buena vida.

En Madrid, hay muchas cafeterías en las que disfrutar de este clásico de la merienda. Existen locales centenarios en los que se ha escrito la historia de este país y nuevos 'hotspots' en las que versionan este 'mix' dulce. Los cuatro que más frecuentan mi abuela y sus amigas para celebrar la vida con una taza de chocolate caliente y unos buenos churros crujientes son: La Antigua Churrería, Manosanta, Chocolatería San Ginés y el restaurante Patio de Leones.

Los mejores chocolates con churros

La Antigua Churrería

cafetería la antigua para tomar un chocolate con churros
D.R.

La cafetería preferida por mi abuela y sus amigas para merendar chocolate con churros es La Antigua Churrería, una casa icónica de Madrid que desde hace más de cien años se dedica a repartir fritura y cariño. No solo tienen una receta artesanal heredada de su bisabuelo y transmitida de generación y generación. Un plus para conquistar a sus clientes, que repiten siempre que encuentran la ocasión, es el trato familiar y cercano. Se entregan con cada taza de chocolate, que sirven espeso, bien caliente y dulzón.

Dirección: Bravo Murillo, 190 / Conde de Peñalver, 32 / Av. de los Andes, 22. Madrid.

Manosanta

cafetería manosanta para tomar un chocolate con churros
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Uno de sus descubrimientos más recientes es la churrería Manosanta. Este concepto de nueva generación llegó a Madrid en el año 2021 para demostrar que la tradición no está reñida con la innovación y el detalle. Es una churrería de diseño y de vanguardia. Desde entonces, han conquistado a locales y turistas de todas las edades, entre ellas a mi abuela y sus amigas, que adoran estas cafeterías porque tienen churros de calidad y muy crujientes en un ambiente minimalista. No todo van a ser locales castizos por el hecho de haber pasado los 80.

Aunque son de apostar por el clásico chocolate caliente en taza, también les gusta probar los nuevos toppings que ofrecen.

Dirección: Hermosilla, 97 / Fermín Caballero, 75 / Divino Pastor, 3. Madrid.

Chocolatería San Ginés

cafetería san ginés para tomar un chocolate con churros
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Cada vez es más difícil frecuentar la icónica Chocolatería San Ginés, que desde 1894 ha funcionado como la cafetería por excelencia para merendar (o recenar a primera hora de la mañana) churros. Eso no quiere decir que de vez en cuando mi abuela y sus amigas no estén dispuestas a batallar con las hordas de turistas que frecuentan la chocolatería y los alrededores para disfrutar de una merienda cargada de tradición en un salón por el que no ha pasado el tiempo. Ideal para darse un baño de nostalgia en sus tazas de chocolate.

Dirección: Pasadizo de San Ginés, 5. Madrid.

Patio de Leones

No es una cafetería en sí, pero es uno de los mejores sitios para merendar un buen chocolate con churros, y está en una de la zonas de moda con más ambiente de Madrid. Además, el entorno animado de la Plaza de la Independencia de la capital y las imponentes vistas de la Puerta de Alcalá con el Retiro de fondo hacen de Patio de Leones un lugar mágico para merendar.

chocolate con churros de patio de leones
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Mi abuela y sus amigas, como buenas disfrutonas que son, adoran acercarse hasta este restaurante cuando se reúnen porque tienen churros crujientes y sabrosos, un chocolate espeso irrepetible y un ambiente que combina lo cañí y el jaleo. Un plan que rejuvenece a cualquiera.

Dirección: Serrano, 1. Madrid.

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Loreto Blanco es redactora de gastronomía y estilo de vida en ELLE Gourmet. Estudió Publicidad y Relaciones Públicas en el CUV. Creció en las cocinas del catering de su madre, donde desarrolló su amor por la comida. Ahora es experta en descubrir los restaurantes de moda y emular las recetas de su abuela. Cuando no está tecleando sobre escapadas y restaurantes, está bebiendo godello, devorando gambas rojas o planeando su siguiente viaje en clave gourmet.