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Lo suyo fue llegar y besar el santo. En poco tiempo, aunque con mucho trabajo y amor, este obrador consiguió ganarse un hueco en el corazón de los vecinos del barrio y el resto de madrileños no tardó mucho en unirse a este fanatismo por la repostería artesanal de esta panadería con encanto. Con mucho boleo de masas, mucho amor y un muy buen ojo para unirse a las tendencias sin olvidarse de las tradiciones, en tres años han conseguido formar parte de la apasionante vidilla de El Rastro de Madrid. De hecho, los domingos son uno de los locales más visitados y el principal culpable es su delicioso cruasán de mantequilla.
Así arrancaban, hace ya casi cuatro años, incluso antes de abrir, sus publicaciones en Instagram: "Nos hace mucha ilusión saber que seremos parte de un mercado con tanta historia como el Rastro. Ojalá poder contribuir para que los domingos madrileños sean aún más alegres y sabrosos". Con este cariñoso mensaje hacia todos los que forman parte de uno de los mercados callejeros más importantes del mundo, la panadería Novo Mundo nos dejaba claro que su intención era ser no más en el barrio. Pero en poco tiempo logró posicionarse como uno de los vecinos más populares.
El gran 'boom' de Novo Mundo llegó con la fiebre de los New York Roll, un producto del que se han despedido recientemente para darle mayor protagonismo a otras recetas. Más tarde, en el año 2023, atrajeron todas las miradas con su merecido premio al 'Mejor pan de Madrid'. Pero nuestro bocado preferido, el que pedimos cuando nos acercamos los domingos al Rastro, es el cruasán de mantequilla. Tanto su versión más clásica como las rellenas, hacen que el día haya merecido la pena.
Los chicos de Novo Mundo eligieron esta profesión porque aman el pan y les parecía una forma muy buena de conectar con el barrio. Pocos negocios son tan de barrio como una panadería. Únicamente elaboran panes de masa madre, pero sus hornos van más allá. Cuando exploran su vena pastelera, son de los que apuestan por masas elaboradas con cariño, lo que les ha llevado a crear una receta de cruasán digna de las mejores pastelerías de París. Muchos franceses han hecho esta comparación alabando sus infinitas capas y los alveolos perfectos del relleno. Son esponjosos y con un sabor a mantequilla que te eleva al séptimo cielo.
Aunque la versión clásica del cruasán es excepcional y no necesita aderezos, en Novo Mundo también les gusta jugar con los sabores y sirven cruasanes rellenos. Eso sí, van más allá de la tendencia y trabajan con el mismo cariño las cremas y 'toppings' que sus deliciosas masas. Entre las estrellas encontramos los de pistacho, el de chocolate y el de torrija, que elaboran durante todo el año.
Pero no todo son bocados dulces en Novo Mundo. Desde sus inicios, uno de los protagonistas de su vitrina es el bocata de croissant de mostaza con un poquito de jamón y queso. Tiene incontables admiradores que acuden al barrio del Rastro para disfrutarlo, en domingo o cualquier día de la semana.