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Son un plato icónico en Argentina y Uruguay, dos países donde la carne es religión. Y no nos extraña porque la milanesa es uno de esos platos reconfortantes que gusta a mayores y niños, es muy versátil y, además, es un plato económico, asequible a la mayoría de los bolsillos.
Seguramente eres amante de este sencillo y delicioso filete pasado por huevo batido y pan rallado, frito hasta que queda dorado y crujiente. Y en Madrid tiene nueva casa madre, o templo, como se dice ahora. Se llama La Diez y abrió hace poco en el barrio de Las Letras.
La Diez ha aterrizado en la capital, donde la locura gastronómica sigue disparada, en especial en restaurantes de alta cocina y lujo, para poner en su sitio a plato tan sencillo y tradicional como la milanesa, en definitiva un filete empanado que se puede elevar para convertirlo en otras cosa. Así lo hacen Luis Barranco y Álvaro Vallejo, las manos y las mentes detrás de este proyecto, que han traído a Madrid tras arrasar en Valencia con su primer local en 2022.
El origen de un bocado icónico
Muchas son las teorías y quienes se quieren adjudicar la invención de este filete empanado. Hay quien dice que se creó en la ciudad italiana de Milán (de ahí su nombre), mientras que otros dicen que fue en Viena con su famoso schnitzel. Lo cierto, es que este plato se ha convertido en universal, siendo adoptado especialmente por la cocina de América Latina, donde es un indispensable. Y superversatil: se puede hacer de carne de ternera, de pollo, de cerdo, e incluso de pescado. Y se puede completar de mil maneras con todo tipo de ingredientes por encima.
En el caso de las milanesas de La Diez, una de sus señas de identidad es la calidad de los productos con los que se hacen partiendo de carne que proviene de la Reserva Natural del Valle de Iruelas, en Ávila. Es el punto de partida de un plato que han hecho suyo para crear sus propias versiones, algunas de ellas de autor.
El local cuenta con dos espacios, un salón nada más atravesar las puertas y otro interior más amplio y confortable. La decoración es sencilla y mininalista, con un toque de casa de comidas tradicional, mesas de madera, bancos corridos y cómodas sillas, y el color azul añil como nexo de unión.
Así son las milanesas de La Diez
Podría pensarse que hacer una milanesa en casa es sencillo. Una buena materia prima, empanar y freír. Pero no. Hace falta más buena mano de lo que parece para bordarla. Ellos, que se definen a si mismos como "artesanos de la milanesa", lo han logrado con mucha práctica, amor por el palto y algunos "secretos" más. Han conseguido hacer unas milanesas finas, bien hechas y jugosas, con un rebozado fino y crujiente, sin nada de aceite.
En la Diez controlan con mimo todo el proceso. Cada mañana filetean la carne ellos mismos, preparan el empanado y las diferentes elaboraciones que tienen, y las fríen al momento para que lleguen a la mesa -o a casa- recién hechas.
En carta, La Diez hacen honor a su nombre y tienen más de 10 referencias, en concteto 12 opciones distintas para todos los gustos. Una de las más pedidas es "La Clásica", tan sencilla como rica, que hacen con un corte de carne de ternera avileña y un chorrito de limón. También muy pedida son las napolitanas, de las que tienen dos opciones. La Napolitana, con salsa de tomate y mozzarella; y la Napolitana con jamón, que le da un punto más de potencia.
Otra opción singular es la Fugazzeta Porteña, que lleva mozzarella, cebolla y aceitunas Kalamata; y una de nuestras favoritas es al Especial de la casa, que lleva salsa de tomate, pecorino romano DOP, parmesano DOP 24 meses, albahaca y aceite de oliva. ¿Un secreto? Pide aceite picante y échale un chorrito y le darás un twist diferente.
En total hay 8 tipos de milanesas con carne de ternera; a las que se suman dos tipos más de cerdo ibérico -de la que la más especial es la Trufada -que lleva huevo poché, salsa de trufa y parmesano-; así como una de pollo y otra vegetal -con berenjena ahumada, salsa de tomate, mozzarella, parmesano y albahaca-.
No solo milanesas
La Diez es la "casa de las milanesas" en Madrid, pero este no es el plato único que puedes encontrar en su propuesta. Aunque el resto de su corta pero pensada carta está ideada para acompañarlas, para complementarlas.
Así, para abrir boca, una siete opciones de platos como brócoli crujiente, burrata, hummus o zanahoria asada, entre otros, junto con la selección de guarniciones que puedes elegir para acompañar cada milanesa. Aquí tienes desde las clásicas patatas fritas a pimienbtos de padrón, bastones de boniato asado o ensañada de rúcula con tomate seco, cherrys y vinagre de Jerez. Todo sencillo, logrando que encaje sin complicaciones.
En el apartado de postres tan solo dos opciones: una Chocotorta, una especie de tarta de la abuela pero que mira a Argentina pues lleva galleta chocolina, dulce de leche y queso mascarpone; o un Flancasero, muy cremoso, de yema y vainilla. De nuevo, algo honesto y simple, sin sofisticaciones. Es cerrar el círculo de una comida o cena sencilla y rica. Nada más.
Por cierto, para disfrutar de las milanesas de La Diez no hace falta pisar el local. Si te apatece comerlas en casa o donde sea, también es posible pues las sirven en delivery, en un packaging pensado para que lleguen bien, sin reblandecerse persiendo la magia de un bocado que te lleva a la infancia y, directamente, a la felicidad.
LA DIEZ
¿Qué pedir? Nuestras favorotas son la milanesa 'La Clásica' y la 'Napolitana con jamón'. Acompañadas de patatas fritas y pimientos del Padrón.
Dirección: Sta. María, 43. Madrid
Teléfono: 682 14 40 02
Web: www.ladiezmilanesas.es
Precio medio: 25 euros
