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Periodista de formación, publicista, profesora de yoga, modelo, finalista de 'MasterChef 10', emprendedora y ante todo una persona creativa que, por giros del destino, ha terminado convirtiendo en su profesión algo que palpitaba en su interior desde pequeña cada vez con más fuerza hasta que se desató sin freno para convertirse en algo incontenible: ser cocinera. Es Verónica Gómez de Liaño y aprovechamos su estreno como nueva embajadora de Springfield en la campaña #MiBenditoVerano para charlar de gastronomía, hacerle una radiografía gourmet completa, descubrir muchas de sus facetas no tan conocidas y ponerle frente al espejo para descubrir todos sus reflejos y vértices.
El paso de Verónica por la televisión, en el programa de cocina más popular del país, donde demostró su talento y creatividad, su caracter inconformista y su espíritu de lucha y de superación la puso en el punto de mira. A esto se ha sumado su impronta de mujer decidida que sabe defenderse y tiene muy bien enfocados sus objetivos y metas -se presentó a MasterChef y quedó a un paso de entrar en el programa el año anterior a lograrlo, lo que habla de su tenacidad-, junto con su talento y creatividad en los fogones; y su belleza, que ella misma reconoce haberle ayudado, es su carta de presentación. El primer impacto de una historia que escribe con afán y que cada día se completa con más y más líneas.
Verónica por Verónica, ¿quién eres?
Soy un poco todas esas cosas. Me gusta, porque muchas veces te encasillan en una sola cosa y yo no soy para nada así. Siento que más allá de todo eso también soy otras muchas cosas y que mis hobbies también me definen en parte. Siempre me ha gustado que la gente me tenga en muchos lugares diferentes, porque creo que nunca somos una sola cosa. Ahora soy cocinera, casi "full time", pero no me considero solo cocinera.
¿En qué momento te encuentras?
En mi mejor momento profesional, sin duda, ahora mismo estoy en mi "peak", pero eso tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Estoy aprendiendo a gestionarlo. Dos años después de haber salido del programa siento que no he aprendido a gestionar esta nueva vida y todo lo que conlleva. Mi objetivo es poder disfrutarlo, porque al final yo creo que lo que me está pasando es que quiero estar en mil sitios a la vez y poco a poco me voy dando cuenta de que eso no es posible.
¿Cómo ha cambiado tu vida para bien y qué cosas malas has encontrado en el camino?
Las buenas son evidentes con respecto a la visibilidad, proyectos en los que me puedo involucrar, marcas que confían en mí. Obviamente esto tiene relación con lo económico, entonces todo esto es increíble. También que amo lo que hago y todas las oportunidades que me salen, pero esto tiene un coste también como el emocional, el mental e incluso físico. Porque la cocina también tiene una parte física muy grande y ahora que estoy haciendo eventos, eso me está pasando un poco de factura. Entonces gestionar la soledad, el ser autónomo, la incertidumbre, no sabes cómo va a ser el mes siguiente, ni siquiera la semana siguiente, y gestionar también un poco el éxito... eso también es complicado.
¿Cómo fue tu infancia en Salamanca? ¿qué recuerdas de ella?
Con mucho cariño y amor de mis padres. Lo recuerdo muy bien, Salamanca es una muy buena ciudad para vivir. Es verdad que ahora el cuerpo me pide otra cosa, porque me pide marcha y me pide Madrid, pero yo lo recuerdo muy tranquila, con mis amigos, cerca de casa, con mucha libertad. Y como mi familia es un poco como Los Serrano, yo soy la mayor de cinco hermanos, aunque no todos hermanos de sangre, y vivimos juntos desde que éramos pequeños, necesitábamos mucha organización.
"Ahora soy cocinera, casi "full time", pero no me considero solo cocinera"
¿Y entrabas en la cocina?
Mis padres están separados, entonces había dos cocinas. En una mandaba mi madre y en otra mi padre. Pero mi padre, que es muy cocinillas, nunca me dejó entrar en la suya. Le encanta cocinar, lo hace genial, pero siempre lo tenía que hacer él. A día de hoy todavía le cuesta dejarme entrar. En cuanto a mi madre todavía me dice cómo tengo que hacer las cosas. Si está haciendo algo y la estoy ayudando, me lo recuerda todo el rato, y yo a veces le digo, "mamá, pero tú eres consciente de que yo me dedico a esto". Ella lo hace con la mejor intención.
¿Cuándo pensaste que la cocina podría ser un futuro posible para ti?
Realmente la cocina siempre ha estado ahí y ha formado parte "heavy" de mi infancia y de mi adolescencia. Con mis padres he viajado por toda España conociendo sitios y probando restaurantes, pero como no tengo referentes en la familia del mundo de la cocina, no lo contemplaba como una posibilidad real a nivel profesional, sí a nivel disfrute. Realmente fue en el COVID, que yo estaba como con crisis existencial máxima, cuando todo pasó. Empecé a cocinar mucho y pensé, "uy, igual sí que se puede, ¿no?". Pero es verdad que tuve que esperar a que me cayera un palo muy grande a nivel laboral y una crisis para planteármelo en serio. Porque no me llenaba lo que hacía y estaba en un ERTE...
Te presentaste a 'MasterChef una primera vez y no entraste. Luego quisiste cambiar tu vida y la vida te dio la segunda oportunidad...
Me presenté en el 21 y no funcionó, o sea, no me cogieron. Y aún así dije," vale, tengo que lanzar mi proyecto". Yo tenía ahí como un mini proyecto de delivery muy loco que menos mal que nunca salió, porque realmente era hecho desde la pura inconsciencia y el máximo atrevimiento por mi parte. Era una decisión un poco desesperada, Y entonces pensé, joder, no voy a depender de un programa para cambiar mi vida, hazlo igualmente y ya veremos. Estaba a punto de lanzarlo y surgió de nuevo la oportunidad. Y esa sí funcionó. Pero tuve muchas dudas de volver a presentarme. Me daba miedo que volviese a no salir porque yo ya había pasado ese trance. Es como, "guau, ¿volver a enfrentarme a esto? Otra vez, no me apetece". Pero, claro, una parte de mí decía, "¿y si sí sale?". Al final decidí ir con todo. Y tuve suerte. He aprendido que el miedo sigue ahí, simplemente ya no me paraliza.
"Me di cuenta de que podía dedicarme profesionalmente a la cocina en el COVID, estaba con crisis existencial máxima y empecé a cocinar mucho"
¿El miedo te ha atenazado y es tu mayor enemigo?
Todo lo que hago, lo hago con miedo y es así. Pero me parece que el miedo tiene una parte buena porque sí que te ayuda también a tener respeto a ciertas decisiones. Pero yo creo que hay que evitar el miedo paralizante que te deja en tu sitio y no te permite moverte. También te digo, he hecho mucha terapia. Yo sin terapia no sé si estaría aquí ahora. Creo que es superimportante ese acompañamiento.
Entrar a 'MasterChef'¿fue suerte?
Eso me lo repito cada día. Al final es una lotería. No solo entré en MasterChef por mis méritos. También hay un tema de azar y de suerte, de estar el momento y en el lugar adecuado. Eso siempre me lo repito e intento quitarme mérito con esto porque la suerte está ahí y eso es así. Con lo que me quedo es con el coger las oportunidades cuando vienen y no dejar, como he dicho antes, que el miedo te paralice.
¿Cómo es tu estilo de cocina?
Creo que ha virado bastante en estos años. Al principio insistí mucho en la importancia del vegetal en el centro del plato y, sin querer, como que la gente o la sociedad identifica al vegetal como cocina "healthy". Y yo no me siento tan identificada a día de hoy con esa cocina. Sí con el vegetal, y es algo que se puede ver en mi perfil de Instagram, todo el rato dando ideas diferentes para cocinar vegetal, pero no desde un punto "healthy". Las verduras son un reino interesantísimo, superrico. A ti de esto te gusta, aunque no lo sepas, e intento ver formas de cocinarlo. Pero no me siento tan identificada porque siento que ese mundo se ha pervertido mucho y hay mucha desinformación de lo que es "healthy" y de lo que no. Y no me gusta comunicar desde ahí. Yo creo que al final hay que tener una relación sana con la comida y si un día tienes que comer, X lo comes sin preocuparte por ello. No me gusta lanzar ese mensaje de obsesión por los alimentos o la comida. Estoy un poco en la diversión. Come lo que quieras, pero que sea divertido y que te haga feliz.
¿Cómo es tu día a día?
No tengo un día a día. Hoy estoy aquí grabando esta entrevista, mañana estaré grabando recetas, el miércoles tendré un evento, el jueves tendré un viaje, el viernes estaré haciendo facturas... Estoy un poco montaña rusa, entonces intento buscar, quiero encontrar más estabilidad y mantenerme más en la línea central, pero de momento estoy en un sube-baja "heavy". Pero es divertido, cien por cien es divertido.
Eres una persona muy creativa, ¿cómo lo haces en la cocina?
Hay platos que los veo y digo ¡qué aburrimiento! Me aburre cocinar siempre lo mismo, ceñirme a lo de siempre. Soy cero ortodoxa en cocina, o sea, con mucho respeto a la srecetas tradicionales pero, si no tengo que seguir la receta del dedillo y me apetece de repente cambiar un ingrediente por otro ingrediente que creo que le puede ir guay, lo hago. Soy un poco loca en ese sentido y me dejo llevar mucho por el instinto. También intento enseñar a la gente cómo salir de la caja de "no tengo este ingrediente". Siempre he cocinado así, incluso cuando no tenía ni idea. Hace muchos años me dejaba llevar por olores o cosas que probaba y me gustaban.
Cocinera... sin restaurante
Aunque mi objetivo a medio plazo es tener algún proyecto físico relacionado con la cocina, he aprendido que puedo ser cocinera sin tener ese espacio tangible. Lo que haces es que te juntas con alguien que tiene como unos valores o una visión de la cocina similar a ti, aprovechas su espacio físico, ya sea un restaurante, eventos en estudios de arquitectura, incluso en una tienda... Ha sido una puerta que se ha abierto y he descubierto un mundo muy guay que me permite ser cocinera un día y hacer un pop-up y estar una semana implicada en eso, pero la semana siguiente podérsela dedicar al contenido en redes sociales. He encontrado auna forma de ser muy flexible en cocina, que no es fácil.
"La sociedad identifica al vegetal como cocina 'healthy'. Yo no me siento tan identificada a día de hoy con esa cocina"
¿Cómo es tu relación con la moda?
Es una buenísima relación porque es muy tranquila. Yo soy súper sencilla y me encanta, La comodidad y la sencillez es mi prioridad, y mi estilo. Entonces es como algo que no me estresa, tengo muchos frentes como para que este también me estresara.
¿Cómo ha sido tu unión a Springfield?
Ha sido un sueño, me ha hecho mucha ilusión. Desde el primer momento que me hablaron del proyecto me sentí inmediatamente identificada con él y con la marca, ha sido maravilloso. Compartimos un estilo que apuesta por la naturalidad y por la comodidad. Hicimos la campaña en Almería, con un equipazo, y no puedo estar más orgullosa.
¿Qué es lo que más te gusta de la colección? (en la que también participan las influencer Susana Molina y Lucía Guerrero)
Es una colección realmente bonita, muy cómoda y fresca. En ella hay todo tipo de vestidos ideales para el verano, desde vestidos cortos a midi o largos. Con muchos detalles y una paleta de colores suaves, que me encanta.
¿Qué ropa te pones para cocinar? ¿piensas en ello?
Pues depende si me van a ver o no me van a ver. Si estoy en el obrador y nadie me va a ver suelo llevar un vaquero, una camiseta que se pueda ensuciar y siempre voy con zuecos, los típicos Birkenstock de cocina que me parecen comodísimos. Y luego, si la gente me va a ver, pues ahí ya me lo pienso un poco más. Tengo una chaquetilla chulísima de Bastida y esa me acompaña en todos los eventos.
¿Y tus looks para recibir?
Esos sí los pienso un poco más. Pero como al final, como cuando recibes también estás trabajando, también antepongo la comodidad a que la gente me pueda ver mona porque creo que puedes estar mona y cómoda a la vez.
¿Te identificas con algún estilo concreto?
Un poco así como el estilo nórdico. Veo que las chicas nórdicas van con colores así muy planos y neutros, con poca mezcla.
¿Cuál es la prenda que más te gusta?
En mi maleta no falta nunca una camiseta blanca básica pero buena, algo que hace darme cuenta que ya soy mayor y que me he hecho mayor. Me gasto el dinero en camisetas blancas, y las cuido además mucho, y un vaquero estupendo.
"Para recibir antepongo la comodidad en el look para que la gente me pueda ver mona porque creo que puedes estar mona y cómoda a la vez".
¿Qué cocinarías a tu mejor amiga?
Le haría un buen aperitivo con unas buenas gildas, una mantequilla ahumada, quizá un pan de masa madre, le haría un mix de muchas cosas. No me gusta la estructura de primer, segundo y postre. Siempre que hago menús intento llenar la mesa de comida porque eso me parece felicidad.
¿Cuándo estás en casa, ¿qué cocinas?
Cosas igual no tan bonitas como las que veis en redes sociales, pero sí divertidas. Yo no ceno una pechuga de pollo y ya. Esa pechuga tiene que tener una salsa o unas especias o un curry o algo así.
¿Pero te lo curras? ¿lo piensas?
Depende del día. Intento escuchar mucho a mis antojos y, si de repente me apetecen unos huevos con unas tortillas de maíz, me voy al súper y lo compro. Pero hay días también que como cualquier cosaque tenga en la nevera o pido a domicilio.
¿Cómo llevas la exposición a la redes sociales?
Un perfil de cocina es como "light" de cara a los haters. El otro día lo comentaba con chicas y chicos que hacen "lifestyle" y otro tipo de contenido, que están más expuestos al "hate" porque quizás venden más su vida privada. Yo tengo la suerte de que a la gente solo le interesa mi cocina. El máximo "hate" puede ser la tortilla con o sin cebolla. (Y aquí nos reconoce: "Amo a David Muñoz, pero ahí no estoy nada de acuerdo con él, la tortilla con cebolla). Vivo muy tranquila con el tema redes (tiene 465.00 seguidores en Instagram y 156.000 en TikTok). Es más una presión que te pones a ti misma de hacer buen contenido, de que los números estén ahí. Es un poco estresante pero al final es un trabajo y luego en la vida real eso sí que ya es más complicado de gestionar.
¿Te refieres a la terapia?
Yo creo que la terapia es el mejor aliado, la verdad, y luego tú misma con tu experiencia. Al final no es lo mismo hacer el primer evento que no tienes antecedentes que hacer el vigésimo evento y que los 20 anteriores hayan salido bien. Es un poco como reforzar todo el rato la idea de salir bien tú puedes y trabajar la confianza en ti mismo.
¿Cómo es tu tiempo libre?
Soy bastante aburrida la verdad. Todo gira en torno al deporte, escapadas, viajar mucho siempre que puedo -ahora ya menos porque viajar incluso cuando ya eres autónoma ya te genera un estrés por el curro que tienes que dejar hecho antes-. Me gusta viajar para descubrir gastronomías. En unas semanas me voy a Copenhague a hacer investigación de cara a lo que me gustaría abrir en un futuro en Madrid. Luego en septiembre me voy a Corea del Sur también exclusivamente a comer. Mis viajes se mueven 100% por la comida. Y luego me gusta pasar mucho tiempo con mis amigos, con mi novio, con los míos e ir a Salamanca a ver a mi familia y cocinar también.
¿Qué cocineros o cocineras te inspiran?
A día de hoy también he notado como que he virado un poco en ese sentido. Es verdad que cuando creces y todos esos estímulos que recibes de grandes cocineros o cocineras que tienen mucha visibilidad que son muy conocidos al final tienden a ser tus referentes pero poco a poco siento que me me inspiran más otro tipo de de creadores y de artistas de la cocina o de lo que sea. Entonces es verdad que las redes sociales así como soy superdura con ellas para otras cosas, para este tema de inspiración y conocer proyectos nuevos me ayuda muchísimo. Me gustan creadores y cocineros y cocineras que son mucho más pequeños que tienen proyectos pequeños pues de repente en Nueva York, en Berlín, en Copenhague. Gente que no está como en la esfera pública pero que a día de hoy siento que me inspiran más. No sé. O sea así que hace años Dabiz Muñoz, que me encanta y es inspiración máxima, era como "wow", a día de hoy como que siento que me mueve otra cosa.
¿Te ha condicionado tu físico alguna vez delante de las cámaras de televisión o en tu vida profesional?
Yo ya tuve experiencia de declaraciones tremendas o sea que aquí voy a tener cuidado. Creo que si me ha condicionado, y siempre ha sido para bien. O sea nunca he tenido una mala experiencia ni creo que me haya penalizado en ningún sentido. Entonces quiero pensar que, si me ha condicionado, ha sido en positivo.
Háblanos de COL, tu proyecto más personal
Pues Col se llamaba el delivery aquel inicial que nunca llegó a hacerse realidad. Al salir de MasterChef, cuando nos planteamos qué hacer con aquello porque era algo muy chulo y ya teníamos como todo el branding, era una pena desperdiciarlo. Pensé en hacer algo más viable, que con el momento en el que estaba viviendo un restaurante no lo era, y creamos una tienda online como una especie de "merchant " pero también dispensa 2.0 que lo llamaba yo. Es como mi sitio de recreo pues hago un poco lo que me apetece. Me junto con creadores que me gustan, diseñamos piezas de cerámica que me apetecen, hemos hecho salsas picantes. Está todo relacionado con la cocina pero tenemos desde delantales hasta una vela para que enciendas después de cocinar y que tu cocina huela bien.
Hace dos años dijiste en un post en redes que la perfección puede ser dañina y entonces yo te pregunto: Tienes solo 28 años, ¿qué le dirías a la Verónica adolescente que tiene miedos y mucha presión?
La cosa es que por mucha terapia que llevo haciendo tantos años, mucho de eso sigue en mí a día de hoy. Miro hacia atrás y sí que obviamente hay evolución pero más que en lo que hay dentro, en la forma de afrontar esa exigencia. Esa búsqueda de la perfección sigue ahí y me sigue haciendo daño y me machaca a día de hoy pero sé manejarla con más calma o más respeto, como hacía a mí misma más cariño de lo que lo hacía cuando tenía 17 años. Es que es algo, la verdad, muy jodido de solucionar cuando tienes como esta personalidad tan tan exigente. Creo que hay que intentar transformarlo en algo que no te machaque que simplemente te exija dar lo mejor de ti pero sin hacerte daño.
¿Tus próximos pasos profesionales?
Hay proyectos como gestándose como quizás un libro de recetas, algún proyecto audiovisual... pero no quiero que en ninguno de estos proyectos se solape. Me encantaría abrir un local en Madrid, de rollo danés tipo una cafetería que esté abierta todo el día con cocina que te puedas tomar un café rico pero que también puedas comer rico de verdad. Un sitio en el que un sábado al mes decidas hacer algo clandestino. Porque al final esa parte de cocinera que tengo voy a necesitar explotarla. Me gustaría algo como un espacio multidisciplinar. Y quiero Seguir creciendo en redes y compartiendo contenido que me gusta y seguir seguir buscando oportunidades de cocina. Sigo con chef privado y van saliendo muchas cositas cada vez más marcas confían en mí para hacer catering para sus eventos...
¿Y en lo personal?
Compaginar bien todo esto, que es difícil, pero por suerte llevo 12 años con mi novio que también es emprendedor, tiene una startup que es un marketplace de motos y es abogado. Gracias a Dios nos tenemos el uno al otro y y estamos súper acompañados aunque estamos en un momento en el que el foco va mucho a lo a lo profesional intentando no descuidar lo personal. Estamos en la edad y en el momento vital de explotar lo profesional al máximo.
