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Durante años habrás leído todo tipo de comentarios negativos acerca del uso del microondas en la cocina, y es más que probable que seas una de esas personas que solo lo usan para calentar la leche, fundir un poco de queso para tu plato de pasta o, en el mejor de los casos, para descongelar esas pechugas de pollo que tenías que haber sacado del congelador mucho antes de lo que lo hiciste.
Pero este electrodoméstico sirve para mucho más que para agilizar el cocinado, lo puedes utilizar para cocinar -en tiempo récord- elaboraciones que jamás pensarías que pudieran cocinarse dentro de ese aparato al que no le estás sacando todo el provecho que deberías. Es lo que pretende con su nuevo lanzamiento el cocinero Tim Anderson (ganador de MasterChef en 2011), que descubrió la versatilidad del microondas a raíz de empezar a seguir cuentas japonesas en Instagram centradas en recetas fáciles y rápidas.
Y desde entonces no ha parado de investigar y de recopilar razones para seguir utilizándolo con el fin de ahorrar tiempo, esfuerzo y energía. Así que no dejes de leer lo que viene a continuación porque te haré replantearte tu relación con el micro, sobre todo si eres una fanática del ramen (probablemente la receta favorita de Anderson). Pero aquí también se incluyen recetas de risotto, pasta, pasteles... ¡Todo cabe dentro de un micro!
10 razones para decir sí al microondas
Como te anticipábamos, antes de meternos de lleno con alguna receta que será la que terminará de convencerte para salir corriendo a comprar este libro, te vamos a dejar un decálogo algo particular. Lo que te traemos son 1o motivos que te harán mirar con otros ojos a tu viejo microondas, ese que has relegado al espacio menos visible de la cocina conforme han ido entrando por la puerta la freidora de aire, la crock-pot, etc.
- Ahora tiempo: Generalmente, es la opción más rápida. Esto es algo que estamos seguros de que has comprobado ya en más de una ocasión. Es precisamente ese el motivo por el que se suele recurrir a este electrodoméstico.
- Ahorra energía (y dinero): Lo primero es seguro, y lo segundo suele ir asociado a lo primero. Parece que está demostrado que consumen menos energía que una placa o un horno, ya que transfieren el calor directamente a los alimentos. Así que no hay mejor opción que el micro, a no ser que tengas una cocina de gas. En ese caso puede que ahorres algo más en la factura de la luz (dependiendo de la hora a la que la uses, claro).
- Ahorra agua: Utiliza mucha menos agua que una placa, de hecho para algunas recetas -como cocer verduras al vapor- ni siquiera es necesario añadir agua. Aunque para la pasta o el arroz algo sí que vas a necesitar.
- Protege el medio ambiente: Esto está relacionado con los dos puntos anteriores. Si ahorras agua y energía, lo lógico es que estés contribuyendo a la sostenibilidad del planeta. ¡Algo es algo!
- Libera espacio: Esto es especialmente útil para esas comidas con la familia y amigos en fechas señaladas. Usar el micro para cocinar te permitirá poder aprovechar al máximo el resto de electrodomésticos de los que dispongas: horno, placa, etc.
- Reduce la cantidad de utensilios a fregar: El ejemplo perfecto lo encontrarás en el risotto, ya que no necesitarás una olla para el caldo, otra para el arroz, una sartén para la salsa... ¡No necesitarás más que un plato para la mayoría de las recetas!
- Reduce el esfuerzo: Al tratarse de un calor omnidireccional, no es necesario que estés cada dos por tres removiendo los alimentos para que no se peguen o chamusquen. Aprovecha ese maravilloso tiempo para cualquier otra cosa.
- Mitiga el riesgo: Si hay niños en la casa, es una muy buena manera de mantenernos alejados del peligro. Todos hemos visto caer una sartén al suelo o ver cómo se desborda el contenido de una olla en plena ebullición.
- Reduce el caos: Da gusto ver la cocina cuando lo único que has usado para cocinar es un microondas. Aunque, y esto es importante, también conviene limpiarlo por dentro de vez en cuando. Sobre todo ahora que le vas a dar bastante uso.
- Conserva el sabor y los nutrientes: A pesar de que has leído cientos de veces todo lo contrario, lo cierto es que -según el autor del libro- se conservan tanto los compuestos aromáticos como los nutrientes. Lo que no quita que haya una alteración en algunas de las moléculas de los alimentos que cocines en el microondas.
Recetas top para microondas
Ya te hemos avisado de que en este libro hay más de 60 recetas que no son las que estás acostumbrado a preparar en casa. Esto incluye de arroces y pastas hasta carnes, pescados, dumplings y un sinfín de irresistibles elaboraciones que jamás habías pensado que podían cocinarse -y quedar tan ricas- en un microondas. La sopa de mejillones y cerveza belga, por ejemplo, es una de nuestras favoritas.
Pero no serán ninguna de estas recetas la que compartiremos a continuación contigo y que te servirá para terminar de dar el paso y abrazar para siempre la cocina para microondas que nos propone Tim Anderson en su libro. Ya te habíamos avisado de que este chef norteamericano afincado en Reino Unido es un fanático de la cocina japonesa, de hecho estuvo viviendo durante dos años en la prefectura de Fukuoka.
Ramen de pollo Gekikara
La traducción de esa palabra que no habías visto nunca es "picante extremo", pero no tengas miedo que no es para tanto. Si tienes cierta tolerancia a la guindilla, no tienes de qué preocuparte. Lo interesante de esta receta es que tanto el caldo, como el pollo y los fideos se cocinan en un único recipiente. Y esto es algo que agradecerá enormemente todo amante del ramen.
INGREDIENTES: - 3 cebolletas cortadas en rodajas, 900 ml de agua, 1 muslo de pollo con hueso y sin piel, 1 tallo de citronela abierto a lo largo, 4 c. s. de tahini, 1 c. s. de miso, 1 c. s. de salsa de soja, 2 c. s. de aceite de guindilla picante, 1 guindilla fresca cortada en rodajas finas, 2 dientes de ajo cortados en láminas finas, 150 g de fideos de ramen/huevo, 1/2 pak choi, 100 g de brotes de soja, 2 c. s. de semillas de sésamo tostadas pycadas gruesas y unos copos de gundilla.
PASOS: Quédate con la parte verde de la cebolleta y resérvala. La parte blanca la mezclas en un bol grande con el agua, el muslo de pollo, la citronela, el tahini, el miso, la salsa de soja y el aceite de guindilla. Cúbrelo y cuece 20 minutos. Desecha la citronela, saca el pollo y déjalo enfriando en una tabla. Cuando esté frío, lo desmenuzas en trozos grandes. Seguidamente, añade la guindilla fresca y el caldo al ajo, y bate bien para que el miso y el tahini se disuelvan. Añade los fideos, el pak choi y los brotes de soja, y cuece entre 3 y 6 minutos hasta que los fideos estén hechos.
Reparte los fideos en cuencos grandes, vierte el caldo y termina con el pak choi, los brotes de soja y el pollo desmenuzado por encima. Decora con la parte verde de la cebolleta, el sésamo y los copos de guindilla.