Con los libros que se ponen de moda hay que tener cuidado: las expectativas pueden producirte una impresión completamente equivocada antes de leerlos y cierta frustración después. Llegas a ellos a partir de críticas geniales y recomendaciones entusiastas (la novela del verano, la de la primavera, ¡la de 2019!) y para ti acaban en la estantería de los sin más. Pero no es culpa de los libros. O no sólo.
Con 'Mi año de descanso y relajación', de Ottessa Moshfegh, me entró el miedo; llevaba en mi estantería de salida varias semanas, pero lo esquivaba a propósito porque todo el mundo hablaba de él: la historia de la chica que, a mediados de 2000, decide dedicarse a dormir durante un año entero en su casa, en Nueva York. Sí, la protagonista de la novela se propone pasar 365 días sin hacer nada, como una especie de cura. Quiere que, a lo largo de ese periodo, el cien por cien de las células de su cuerpo se transforme en otras, sin recuerdos, de manera que la experiencia en cuestión suponga para ella «volver a nacer». Para conseguirlo recurre a una psiquiatra terrible y a mucha medicación, que mezcla sin control mientras ve películas malas de los 90 de Harrison Ford y Whoopi Goldberg, su persona favorita del mundo. Algunos estudios dicen que se necesitan en realidad siete años para que algo así suceda realmente, para que todas las células de tu cuerpo se regeneren y pases a ser alguien nuevo (es uno de los argumentos que se utilizan en contra de la gente que dice que no puede cambiar).
El mayor problema que he tenido con el libro es que su protagonista, extramedicada y con escasas interacciones sociales y litros de café de la tienda de al lado de su casa circulando por sus venas, me cae mal. Es más, el 'reparto' al completo me cae mal: su exnovio, su amiga, su madre, su psiquiatra... Ni siquiera el sentido del humor los salva. Se odian tanto a sí mismos que no puedes no hacerlo tú también como lector. Ves mucho de lo que somos como sociedad en ellos y te dejas caer en ese pozo de hibernación que, desde luego, no tiene nada que ver con el placer de descansar y reponerse. Aunque, a diferencia del personaje principal, tú sabes que va a llegar el 11 de septiembre de 2001. Y llega en una última página que parece ya otra novela, como es otro el mundo que quedó después de aquella fecha para todos. También para los que no habíamos dormido los 365 días anteriores.
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Lleva más de 12 años dirigiendo y creando contenidos digitales en revistas de moda, belleza, cultura y estilo de vida. Los perfumes, leer y las películas del fin del mundo ocupan un alto porcentaje de su tiempo libre, cuando no está leyendo el móvil. Estudió Periodismo en la Universidad de Navarra y ha publicado tres libros.