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El festival de Cannes, el mismo que vivió recientemente una larga ovación para Johnny Depp, acogió la semana pasada la premiere de dos episodios de 'The Idol', protagonizada por Lily-Rose Depp, a la postre hija del mencionado actor. Pero la notoriedad de esta serie no reside solo en el nombre de esta actriz nepobaby: se trata de una producción de HBO y cuenta en su reparto con Jennie (la estrella K-Pop de BLACKPINK) o Abel Makkonen Tesfaye (más conocido por su nombre artístico, The Weeknd), quien además es uno de sus cocreadores junto a Reza Fahim y Sam Levinson, este último célebre por ser el responsable, también, de 'Euphoria'. Y no solo eso, antes de su estreno, que se producirá el próximo 5 de junio en HBO Max España, ya ha levantado una enorme polvareda por su retrato explícito del sexo y acusaciones del equipo denominándola "fantasía de la violación".
En la ficción, Depp da vida a Jocelyn, una joven cantante que atraviesa un momento complicado: tras cancelar su última gira por una crisis nerviosa, tratará de volver a ser considerada la estrella pop más sexy, mientras inicia una compleja relación junto a Tendros (el personaje de The Weeknd), un manipulador gurú de la autoayuda. Los Angeles como ciudad donde se reunen todos los demonios del mundo, según reza el tráiler, y el precio de la fama son dos de los ejes sobre los que rota la propuesta. Y el sexo.
'The Idol': sexo, sexo y sexo
Una de las escenas que más ha dado que hablar es una en la que Jocelyn aparece con su cara cubierta de semen, protagonizando una imagen viral de porno de venganza. No es la única. En otra, se encierra en un baño a un coordinador de intimidad mientras la protagonista es fotografiada desnuda para la portada de un disco. Y en una tercera, de unos diez minutos, ella se masturba mientras Tendros le dice guarradas y finalmente le hace sexo oral.
El sexo representado en pantalla no tendría por qué resultar problemático en sí mismo, según cuál sea su función narrativa, pero varios de los críticos que han visto 'The Idol' se han sentido perturbados por el enfoque de la propuesta. Tesfaye dijo en una rueda de prensa que él y Levinson querían "crear algo especial, divertido, que haga a la gente reír y toque las narices a algunas personas". Et voilà, la controversia ya la han conseguido antes del estreno. "Sombría, asquerosa y vulgar" (Showbiz 411), "Es crudo, asqueroso y sexista" (The Playlist), "Asquerosa, brutal, se hace mucho más larga de lo que es, y mucho, mucho peor de lo que hubieras anticipado" (Rolling Stone), "La sordidez de la serie (intencional o no) es una cosa, pero lo que irrita es la presentación horrible y justificadora de la cultura de la violación" (The Daily Beast) fueron algunas de las críticas cosechadas.
Pero no es solo que hayan tocado las narices, como pretendía la dupla artística, sino que quienes la han visto denuncian que la serie no es más que un compendio de bromas sexuales de mal gusto y escenas explícitas donde se utiliza a la mujer como carne, sin que haya un mensaje de denuncia o exposición de esto que trasladar al espectador.
De una serie feminista a... todo lo contrario
Las polémicas sobre 'The Idol' vienen de mucho antes de que los críticos pudiesen ver en Cannes sus primeros compases. Rolling Stone publicó el pasado mes de marzo un reportaje en el que contaban con el testimonio de trece personas relacionadas con la producción. En resumen, se dibuja a The Weeknd como una persona complicada (he habla de un ambiente tóxico en la producción que propició la salida de varias personas, entre ellas la directora Amy Seimetz) y con aires de grandeza como autor, que exigió numerosos cambios de guion y regrabación de escenas. Se dice que cuando The Weeknd lo descartó, casi terminado, el proyecto ya había costado entre 54 y 75 millones de dólares.
No solo eso, estas fuentes señalan que 'The Idol' se forjó como un proyecto con enfoque feminista, pero que Tesfaye no habría estado complacido con que la serie tuviese una perspectiva tan femenina y exigió cambiarlo, hasta hacer lo que han denominado como una "fantasía de la violación". También, quería que su personaje tuviese más peso. Un miembro de la serie decía al citado medio: "Yo entré para una sátira oscura sobre la fama y el modelo de fama del siglo XXI, sobre las cosas a las que sometemos a las estrellas, lo que hace que la gente se ponga en el ojo público y cómo esto puede manipularse en un mundo post-Trump. Pasó de la sátira a lo que estaba satirizando". ¿Estamos ante el próximo gran descalabro de HBO Max o tenemos entre manos una campaña de promoción impagable?
Nací en Wisteria Lane, fui compañero de piso de Hannah Horvath y 'Chicago' me volvió loco porque Roxie Hart soy yo. Tengo la lengua afilada, pero, como dijo Lola Flores, "me tenían que dar una subvención por la alegría".