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Yo tenía 18 años cuando llegó a los cines 'Reality Bites', una película que causó sensación en el público y en la crítica. Muchos se quejaron del retrato desolador que hacía de los jóvenes: sin saber qué hacer en un mundo que no cumplía sus expectativas, teniendo que elegir entre las ideas personales o las exigencias del sistema, críticos con el capitalismo y la cultura conformista en el trabajo, sabiendo que no tenían sitio en una sociedad en la que todos los puestos los habían ocupado sus padres y/o hermanos mayores...
Cuando la vi, no entendí para nada las críticas. Aquella película, protagonizada por Winona Ryder, Ethan Hawke y Ben Stiller reflejaba como ningún otra las inquietudes de mi generación, la Generación X, a la que todos los actores pertenecían y que ahora el 'establishment' parece haber olvidado, siempre pendiente de 'boomers', 'millennials' y GenZ.
No era su primera película como director, pero en 'Reality Bites', Ben Stiller ya dio unas pinceladas de lo que estaría por venir muchas décadas después: una visión afilada y certera del mundo laboral, una crítica brutal de la sociedad que nos atrapa y corrompe y una reflexión de cómo perdemos la identidad en las cosas más absurdas. 'Severance' ['Separación'] estaba ya, de alguna manera, en aquella película. El gran Ben Stiller ya estaba en aquella película. Y no lo supimos ver.
Ben Stiller: de tal palo, tal astilla
Benjamin Edward Meara Stiller (Nueva York, 1965) es el segundo hijo de los actores cómicos Jerry Stiller y Anne Meara. Se apuntó a la Universidad de California, pero la abandonó tras nueve meses para dedicarse a su carrera de actor; se estrenó en una obra de teatro en Broadway en 1985 y consiguió algunos papeles pequeños en 'Corrupción en Miami' y en 'El imperio del sol'.
Su primera película importante fue 'Jóvenes Ardientes' (1988), donde compartió cartel con Molly Ringwald y Andrew McCarthy, miembros del Brat Pack. La cinta fue un desastre y consiguió trabajo como guionista en 'Saturday Night Live', pero lo dejó a las cinco semanas porque decía que el ambiente de trabajo era "muy negativo". Así que decidió montar su propia comedia de sketches, 'The Ben Stiller Show', que descubrió a muchos actores importantes, como Bob Odenkirk ('Better Call Saul') y se llevó un Emmy en 1993.
Luego llegaría su primer largometraje, 'Reality Bites' (1994), una película impopular para la crítica que se convirtió en un clásico de culto. Volvió a ponerse ante las cámaras en 'Flirteando con el desastre' (1996) y dirigió a Jim Carrey y a Matthew Broderick en 'Un loco a domicilio'. Su oportunidad mediática llegaría con el exitazo de 'Algo pasa con Mary' (1998), donde compartió cartel con Cameron Diaz y Matt Dillon, y se convirtió en un referente del cine cómico de principios del siglo XXI.
Ben Stiller y Owen Wilson, una pareja cómica irrepetible
¿Cómo no recordar su saga de comedias de 'Los padres de ella' (2000)? El contrapunto con el siempre serio Robert de Niro fue brutal y convirtió a Ben Stiller en uno de los actores más buscados del momento. Así, en 20o1, rodaría con Owen Wilson la que es una de sus comedias más emblemáticas, 'Zoolander', una mirada satírica al mundo de la moda, que tendría una segunda parte en 2016. Tronchantes, sí, pero con un mensaje brutal.
Pero Stiller demostró ese mismo año que no solo sabía reír, sino que podía ponerse delante de la cámara del mismísimo Wes Anderson y mostrar su lado más serio en 'Los Tenenbaums. Una familia de genios'. Muchos se quedaron sorprendidos de su interpretación como padre hiperprotector... otros ya sabían de su versatilidad.
Esa primera década de siglo, Ben Stiller nos dejó algunos de los mejores momentos de humor... y también de amor. Se atrevió con un remake de 'Starsky y Hutch' (2004) y se dirigió a un público mucho más joven con la saga de 'Noche en el museo', pero se convirtió en el hombre al que todas amábamos en películas románticas como 'Y entonces llegó ella' (2004), con Jennifer Aniston o 'Matrimonio compulsivo' (2007), con Malin Akerman.
El giro hacia la dirección y el reconocimiento
Las críticas al trabajo de Ben Stiller como actor y director eran mixtas: mucha gente disfrutó con 'Tropic Thunder' (2008) y 'La vida secreta de Walter Mitty' (2013), a la vez que se metía en el fregado de las películas de acción con un resultado reguleras, como 'Un golpe de altura' (2011) o 'Los amos del barrio' (2012).
Llegaron entonces las colaboraciones con el guionista y director Noah Baumbach, sin duda una de sus grandes influencias. Protagonizó dos de sus películas, 'Mientras seamos jóvenes' (2014) y 'The Meyerowitz Stories' (2017) para luego centrarse en la dirección y pasarse a las series de televisión.
De hecho, mucha gente se quedó alucinada cuando vio la serie 'Fuga en Dannemora' (2018), una brutal historia real con Paul Dano, Patricia Arquette y Benicio del Toro, ambientada en paisajes helados como 'Severance' y que le supuso su primera nominación al Emmy al Mejor director de miniserie.
Fueron los años en los que la cámara le sirvió para bregar con una de sus grandes tragedias personales, pues en 2014 le habían diagnosticado un cáncer de próstata que pudo combatir gracias al diagnóstico precoz: "Al principio, no sabía qué iba a pasar. Estaba asustado. Paró todo en mi vida porque no puedes planear una película porque no sabes lo que va a pasar", declaró Stiller.
'Separación' ['Severance']: la obra maestra de Ben Stiller
De 'Separación' ['Severance'] ya hemos hablado en Elle.es: es sin duda la mejor serie del momento. Stiller es, junto con Dan Erickson, la cabeza pensante de esa brutal serie de Apple TV+ que ahora también puedes ver en Movistar Plus+. Ha dirigido algunos de sus mejores episodios, de esos que te dejan la boca abierta.
'Separación' ['Severance'] es poesía visual, sí, pero esconde un potente mensaje sobre la deshumanización de las relaciones laborales y sobre la falta de identidad en un mundo áspero y frío. Las nominaciones de 'Severance' en sus dos temporadas han empezado a caer como un premio de la tragaperras: además de los dos premios Emmy que logró en la primera temporada, la segunda ha sido reconocida con 27 nominaciones a los premios Emmy 2025; entre ellas, para él al Mejor director por el episodio 'Cold Harbor'.
"¿Alguna vez pensaste que tal vez hay más en la vida que ser realmente, realmente… realmente ridículamente guapo?", decía su personaje Derek Zoolander. Sí, Ben Stiller: ser el mejor director del momento, algo que has conseguido con creces. Por favor, síguenos regalando estas maravillas.
Begoña Alonso es experta en ocio, cultura y estilo de vida, coordinando la sección de Living en Elle.es desde hace más de seis años. Llevar la sección de Living supone que lo mismo escribe un reportaje sobre las mejores series de terror de Netflix, que un artículo de viajes y lunas de miel, un perfil de una activista feminista o un listado de los mejores libros de la historia que tienes que leer.
Siempre suele decir que la vida no le da para todo: libros, agenda, música, ocio, cine, series, plataformas de streaming (Netflix, Amazon, HBO, Disney+, Filmin, Movistar+, Apple TV+…), maternidad, televisión, feminismo, viajes, cultura, ‘lifestyle’, motor, tecnología… Pero es capaz de llegar a todas partes para ofrecer siempre los contenidos más actuales e interesantes.
Begoña Alonso se licenció en 1999 en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, pero cuenta casi con 30 años de experiencia en la profesión. Se estrenó en medios locales como Huelva Información o Las Provincias, pasó por radios vecinales haciendo programas de cine y luego aterrizó en el mundo del papel, en medios como La Razón, Maxim o Reporter.
Tras 9 años dedicada al ‘branded content’, Begoña lleva una década en ELLE, el mismo tiempo que ha transcurrido desde que consiguiera el Premio 20 Blogs por ‘The Best of the 80s’, un blog de música de los 80, una de sus pasiones. También adora las películas de boda y se pasa más tiempo planificando viajes que llevándolos a cabo, pero eso es otra historia.