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Con la espontaneidad de quien ya ha vivido muchas vidas dentro de una misma, Mar Flores abre la puerta de su habitación en la sección 'Room Service' de ELLE, en el maravilloso hotel Casa de las Artes, Melia, dejando claro que sigue siendo un icono, pero ya no necesita demostrarlo.
La modelo, actriz y presentadora, a través de una charla íntima, divertida y sin filtros, nos habla del peso de la fama, de la posición de la mujer madura en la moda, del romanticismo como forma de vida y de lo que nunca puede faltar en su maleta.
Su carrera comenzó con un impulso adolescente. Y de manera casual y paradójica, fue gracias a la revista ELLE. Vestida de uniforme escolar, paseando por un centro comercial, fue descubierta por un cazatalentos. ''Nos preguntaron si queríamos presentarnos al concurso 'Rostro de los 90' de ELLE. ¿El premio? Un viaje a París. Nunca había montado en un avión. Mi amiga y yo nos apuntamos sólo por eso. Y gané''. Así comenzó su historia en el mundo de la moda y los medios.
Hablar del paso del tiempo es inevitable. Y Mar lo hace con sinceridad: ''Cuando yo me retiré no llegaba a los 30 años. Y me tenía que retirar porque era mayor''. A día de hoy, agradece que las cosas estén cambiando, aunque sea poco a poco: ''Ahora hay una aceptación por la madurez de la mujer. Yo creo que es la mejor época. Según cumples años, pierdes cosas, pero ganas otras mejores. Hay que encontrar el equilibrio''.
En un mundo donde se aplaude la frialdad emocional, Mar defiende su sensibilidad sin tapujos: ''Creo que el romanticismo es la base de mi vida. Yo no sé hacer nada sin amor. Amor, desamor… Básicamente sí, soy una romántica''. No es una pose, sino una forma de mirar el mundo. Y se nota también en aquello que le interesaba a los 20 años y que ahora ya no soporta: ''Ahora no me atrae nada estar con personas que hablan mucho y no te dejan hablar''.
A lo largo de su carrera, ha tenido que renunciar a cosas tan simples como pasear por el parque del Retiro o bailar despreocupada con amigas: ''A la libertad. A eso renuncié''. Una confesión que resuena especialmente en una época en la que muchas celebridades valoran más que nunca el derecho a lo cotidiano, a lo sencillo.
Ella se destaca como una adelantada a su tiempo. Y a veces, eso le ha jugado en contra. Lo cuenta con cierta rabia al hablar de 'Los años desnudos', una película que abordó los abusos en la industria del cine mucho antes del movimiento 'Me Too'. ''Fuimos pioneros. Pero en España sólo se entiende algo cuando viene de fuera. Diez años después, la película se ha reeditado y ha sido un éxito''.
La modelo también se permite bromear con sus manías: ''No entiendo los 'leggins' fuera del gimnasio. Es que ni para hacer deporte me gustan''. Y confiesa que su maleta siempre está repleta de 'por si acasos': ''Mi maleta de dos días es como para dos semanas. No encuentro básicos''. ¿Lo que más rabia le da olvidar al llegar a un hotel? ''La ropa interior. Siempre me pasa''.
Mar Flores sobre ser madre: un deseo claro desde joven
''Ser madre es precioso. En mi caso, es algo que tenía clarísimo. Siempre he querido ser madre desde muy joven. Vengo de familia numerosa y quería tener una familia numerosa, cosa que he conseguido''. La actriz y madre de cinco hijos recuerda con determinación ese instinto materno que la acompañó desde sus primeros años, incluso cuando trabajaba en la serie 'Canguros', mientras ya criaba a su primer niño. Sin embargo, con los años, esa imagen idealizada de la maternidad se hace compleja.
''Lo más difícil y lo más bonito ha sido poder conjugar la maternidad con mi profesión''. Con esta cita resume una batalla silenciosas que viven muchas mujeres: intentar ser madres presentes y, a la vez, mantener una vida profesional activa. En su caso, implicó decisiones difíciles, como renunciar a trabajar .
Mar también nos cuenta su experiencia como madre primeriza, marcada por la autoexigencia con su bebé. ''Me obsesioné con darle el pecho, con cuidarle yo, renuncié al trabajo. No dejaba que nadie le tocara. Me decían: '¿Te echamos una ayuda, que estás cansada?' Y yo: 'No, no, yo puedo con todo', hasta que peté''.
Y termina reflexionando sobre aquello que le hubiese gustado escuchar como madre primeriza: ''Ese es el mejor consejo: deja que te ayuden. El bebé es tuyo, nadie te lo va a quitar y no le va a pasar nada''. Una enseñanza importante para todas las mujeres que cargaron (o aún cargan) con la culpa de no llegar a todo, de no poder delegar, de querer ser madres perfectas.
Quizás, una de las reflexiones más poderosas que Mar nos ha regalado en esta eentrvita ha sido esta: ''Los hijos son para toda la vida. Me encantaría que me lo hubieran recordado''. La maternidad, lejos de acabar con la mayoría de edad de los hijos, se transforma en una responsabilidad emocional sin fecha de caducidad.
La modelo también abre su corazón al hablar de la exposición pública que vivió su hijo mayor, cuando aún no existía la Ley de Protección al Menor. Esa experiencia la marcó profundamente. ''Tuvo un impacto bastante grande en él. Y yo no pude protegerle. Como madre te sientes muy mal''. Con sus otros hijos, con una legislación más sólida y un aprendizaje claro, optó por una postura firme: ''Mi elección fue protegerles. Proteger su imagen''. Una decisión que muchas madres entienden profundamente, cuando las redes sociales en la actualidad exponen tanto, y la privacidad se vuelve un acto de amor.
Hoy, la presentadora abraza una nueva etapa: la de ser abuela. ''Es un paso más de la vida. Es precioso. Eres hija, eres madre… y si la vida te da el placer, eres abuela también. Estoy encantada''. Con humor, ternura y sinceridad, Mar Flores nos recuerda que la maternidad no es una etapa, sino una evolución constante.
Amanda Prado es colaboradora de ELLE, experta en moda, tendencias y actualidad. Como buena defensora del periodismo multimedia, también es creadora de contenido para redes sociales (empezó en Fotolog y ha terminado en TikTok). Su especialidad es localizar las nuevas tendencias de la pasarela y del street style. Amante del estilo boho, la ropa vintage y la moda sostenible. Especialista en transformar básicos en lookazos y en localizar joyitas textiles de donde crees que no se puede sacar nada. De las románticas que aún compran en tienda física.
Descubrir qué llevan las famosas es otra de sus funciones. Además de analizar qué prendas visten las celebrities (y, sobre todo, cómo lo llevan, su estilo) también se encarga de cubrir todo lo que sucede en alfombras rojas y eventos de moda. No deja escapar ningún detalle del día a día que comparten las influencers y creadores de contenido en sus redes sociales o en los eventos a los que acuden.
Amanda Prado se graduó primero en Derecho y después en Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos. En tercero de carrera resultó ganadora de la Superbeca Elle y trabajó durante un año en cuatro empresas: para el equipo de comunicación de ZARA (Inditex), el departamento de Relaciones Públicas de Estée Lauder, la agencia de comunicación Equipo Singular y, por último, la redacción de la revista ELLE. Al terminar la beca comenzó a colaborar en la revista Cosmopolitan cubriendo temas de belleza y moda y, tras varios años, regresó a ELLE.