Hay dos cosas (que pueda confesar en esta columna) con las que no tengo límite: libros y perfumes. Me gustaría decir que soy una coleccionista, que entiendo que es la manera elegante de mencionar cierta propensión a la acumulación; pero, en honor a la verdad, yo estoy un paso más allá. Coleccionar implica cuidado y saber atesorar: «Not my cup of tea». Yo soy más de ansiedad e intensidad en casi todo. Tengo empezados ocho libros a la vez y, en mi cómoda, ochenta perfumes gritan: «¡Úsame a mí!». Además, tengo una estantería entera de libros por leer cogiendo polvo y perfumes que me gustaron, al menos de manera tangencial, al fondo de los armarios y que esperan a que diga eso de «levántate y anda».
A pesar del exceso, siempre quiero más. Más libros y más olores. Y vengo con esta propuesta a vuestra maleta: una novela y el perfume que encaje con su historia. Vamos con el bestseller del año: La cartera, de Francesca Giannone, recorre el principio del siglo XX en Italia a través de la historia de amor, amistad y libertad de su protagonista, que para mí huele a otro superventas, Basil & Neroli, de Jo Malone. Primero, por la albahaca, que la cartera usa para hacer su receta de pesto, pero también por el toque masculino que tiene este perfume, que no es más que una manera de romper alguno de los esquemas olfativos clásicos de que existen olores de hombres y de mujeres, y por supuesto que no.
Un libro ligero que cuenta el principio de la atracción entre una pareja: El accidente, de Blanca Lacasa. Sobre las películas que nos contamos, la intensidad y lo que imaginamos en el otro. Me huele a algo no resuelto: Fleur de Peau, de Diptyque, que tiene mucho almizcle, el olor de la piel, pero también algo empolvado como el iris, que la gente dice que huele a limpio, pero a mí me huele a armario.
Podrías hacer de esto algo bonito, de Maggie Smith, un relato que no puedo dejar de recomendar sobre el divorcio de la autora después de descubrir que su marido le era infiel. Me huele a Bonne Étoile, de Dior, que es una colonia absurdamente cara (255 €),pero que no se parece a nada, como el libro. Huele a cuando abrazas a un bebé. Es un olor ingenuo, tierno. Huele a algo lleno de promesas.
Como empezar a leer un buen libro cerca del mar.
Lleva más de 12 años dirigiendo y creando contenidos digitales en revistas de moda, belleza, cultura y estilo de vida. Los perfumes, leer y las películas del fin del mundo ocupan un alto porcentaje de su tiempo libre, cuando no está leyendo el móvil. Estudió Periodismo en la Universidad de Navarra y ha publicado tres libros.
