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¿Vivimos en una sociedad con un punto narcisista? Cuando lanzamos este interrogante, en realidad parece que lo estamos extrapolando a los otros, algo ajeno: la sociedad, ese ente al que no pertenezco y con el que no tengo por qué identificarme. Sin embargo, si queremos ser sinceras con nosotras mismas, la verdadera cuestión sería: en la era digital en la que nos movemos, donde todo parece validarse con métricas, likes, la obsesión por la propia imagen -que lleva a trastornos como la dismorfia-, la popularidad, la comparación… ¿tenemos todas algo de narcisistas o buscamos una forma de aumentar nuestra autoestima? ¿Dónde está la frontera entre el narcisismo y la alta autoestima? ¿Sé distinguir a una persona narcisista de una segura de sí misma? Te lo contamos.
Narcisismo vs. alta autoestima: dónde está el límite
Todos mis interrogantes surgen tras leer hace un par de meses en CNBC un artículo en el que señalaban que Jessica MacNair, terapeuta de personas con trastorno de personalidad narcisista (TPN), apuntaba que algunos rasgos relacionados con el TPN podrían ser útiles para la autoestima. Lejos de la manipulación y el abuso al que tienden las personas con un trastorno narcisista, otro tipo de actitudes podrían ayudar a personas faltas de confianza en sí mismas a ser más asertivas.
Una postura que, según Montse Cazcarra, psicóloga sanitaria, autora de Amor sano, amor del bueno, debe ir de la mano de una argumentación cuidadosa, con atención a los matices. Tal y como apunta la especialista, afirmaciones de este tipo podrían llevar a banalizar este trastorno e incluso minimizar sus consecuencias. “Podría interpretarse como que el TPN se convierte en algo útil, deseable. Cuando, en realidad, se acompaña de sufrimiento: un sufrimiento silencioso por parte de quién lo padece, que proyecta en los demás, quienes sufren sus consecuencias de forma muy evidente convirtiéndose en víctimas de abuso”.
Entonces, ¿dónde está el límite? La experta señala que si leemos el manual diagnóstico de trastornos mentales DSM-V “todos podemos sentirnos identificados con algunos rasgos de los trastornos de personalidad porque definen justamente características, rasgos de personalidad. Lo que marca la diferencia entre una personalidad normal de una trastornada es la flexibilidad la capacidad de adaptación al entorno, la intensidad con la que se muestran los rasgos (tenemos que entenderlos como un continuum más que como una clasificación dicotómica), la frecuencia con la que se dan conductas desadaptativas y el malestar que causa a quien lo padece, en primera persona, o lo limitante que resulta para su vida, incluyéndose las relaciones sociales y afectivas”.
Narcisistas y personas con autoestima alta: ¿comparten características en común?
Confundir a una persona narcisista con alguien con alta autoestima -y viceversa- puede llevar a problemas y malentendidos. Y es que no es lo mismo confianza que arrogancia y egocentrismo. En saber diferenciarlo radica la base entre una relación constructiva o una destructiva.
“En la superficie, parece que las personas con TPN comparten características con aquello que hemos aprendido que es una alta autoestima. Pero, en realidad, podemos estar corriendo el riesgo de confundir alta autoestima con soberbia, altivez y egoísmo desmedido”, nos explica Montse Cazcarra.
Cierto grado de carisma inicial, la seguridad a la hora de tomar decisiones, la confianza en sí mismas y esa búsqueda de reconocimiento de sus logros pueden parecer características compartidas entre ambas, sin embargo, su comportamiento y la forma en la que interactúan con los demás es absolutamente diferente.
En el caso de las personas narcisistas, “aunque en la superficie creamos que tiene una alta autoestima, ante la crítica o comentarios que no vayan en la línea de adularla y sean interpretados como críticas, reaccionará en un intento de proteger su en realidad frágil autoestima. Esto sucede porque la aparente alta autoestima no es más que una máscara, una defensa que le protege de información que pueda entrar en conflicto con aquella creencia y aquella narrativa que ha construido de sí misma en la que es alguien que merece ser idolatrado, que es único y especial, que es perfecto, que no se equivoca”, esgrime Cazcarra.
Y añade: “De hecho, cuanto más severo será el trastorno, más frágil será su autoestima, más se esforzará en que esta quede protegida con una máscara más impenetrable, traduciéndose en un más bajo será el umbral para que entre en juego la defensa”.
Por lo tanto, aunque estemos ante dos realidades que de forma superficial podríamos llegar a confundir, ojo. Si no sabes si estás ante una persona narcisista o una con alta autoestima, recuerda que en la sensibilidad a la crítica y lo que hace con ella, si crecer o atacar, radica una de sus diferencias.
Cómo detectar a una persona narcisista
El narcisismo se relaciona estrechamente con dinámicas tóxicas o manipuladoras, relaciones poco saludables, falta de empatía, insensibilidad… de ahí que saber identificar este tipo de trastorno para poder protegernos o pedir ayuda profesional en caso de que lo vivamos en nuestras carnes es vital. Montse Cazcarra señala hasta cinco patrones que nos ayudarán a detectar a una persona narcisista:
- Aires de superioridad: “se siente en la potestad de actuar según le plazca, porque cree estar en su derecho, y no dudará en pasar por encima de los derechos de los demás”, expone. Además, para acaparar admiración y atención, incluso podrán acompañar sus exposiciones de verdaderas fantasías de logros, influencia, poder, belleza…
- Instrumentalización de las relaciones: las explotarán e intentarán sacar partido de sus vínculos.
- Búsqueda de conflictos: según Cazarra, el TPN se mueve muy bien en el conflicto, “hasta el punto de ser él o ella quien inicie conflictos continuamente, o quien impida que estos se resuelvan, pues es en el conflicto donde puede exhibir superioridad, y donde obtiene poder y así alimenta su autoestima”.
- Falta de empatía: les cuesta comprender los sentimientos de los, demás, “incluso no le llegan a importar, hecho por el cual opera según su voluntad sin que aparezca el sentimiento de culpa”, apunta la psicóloga.
- Manipulación y mentira: “tratará de preservar su narrativa a toda costa, y para ello se servirá de ocultación de hechos, mentiras, medias verdades, manipulación, tergiversar los hechos, proyectar en el otro… lo que se traduce en un gran malestar para las personas de quienes se rodean, llegándose a dar situaciones de abuso donde la otra parte llega a dudar incluso de su criterio propio o de su cordura”, aclara.
Cómo se comporta una persona con alta autoestima
Montse Cazcarra alude al concepto “autoestima en plena forma” cuando hablamos de personas con una percepción positiva de sí mismas, pero a su vez realista. “Cuando nuestra autoestima está en forma nos aceptamos, confiamos en nosotros mismos, tenemos un diálogo interno positivo, respetuoso y compasivo; y nos cuidamos a la vez que cuidamos a los demás, y nos protegemos de aquello que nos hace daño”, nos explica.
La psicóloga recalca que es muy importante entender que una persona con una alta autoestima no tendrá una percepción positiva de sí misma en su totalidad, sino que será puramente realista: “contemplará aquello que no nos gusta o aquello que queremos mejorar, pero desde una autocrítica sana y sin miedo a revisarnos”.
La frontera entre narcisismo y alta autoestima
A pesar de lo que parece, precisamente el origen de todas sus diferencias está en la aparente alta autoestima. Es decir, “las personas con TPN no dudarán en usar estrategias que pueden hacer daño a los demás si así protegen su narrativa y, con ella, su frágil realidad interna que sustenta una falsa alta autoestima”. Por eso, la experta nos sugiere que siempre miremos más allá de lo superficial y recordemos qué supone tener una autoestima en plena forma, sus reacciones e impacto en los demás.
Propósito para 2024: ser más asertivos y tener mayor autoestima (sin caer en el narcisismo)
Una autoestima saludable y practicar la asertividad son fundamentales para tener relaciones sanas siempre que no caigamos en un comportamiento narcisista. Si es que la teoría la sabemos, pero ¿y la práctica?
Hay que “tratar de honrar nuestras necesidades en los vínculos que mantenemos con otras personas, en la medida en que tenemos en cuenta las necesidades de los demás y tratamos de honrarlas de igual forma”, nos recomienda Cazcarra.
“Entender que los demás sienten y padecen, escoger nuestras palabras y decisiones en base a ser conscientes de que nuestras palabras y decisiones tendrán un impacto en los demás. Es nuestra responsabilidad cuidarlas de hacerles daño, incluso y sobre todo cuando, con nuestras palabras y decisiones, tratemos de defendernos”, añade.
Así que, si la asertividad es precisamente tu asignatura pendiente de cara al 2024, recuerda, en la comunicación clara desde el respeto, la empatía, el autoconocimiento y la comprensión está el quid de la cuestión.
Licenciada en Periodismo en la Universidad de Santiago de Compostela, especializada en marketing, comunicación y producción de moda, así como con estudios de social management y posicionamiento en buscadores. Cuenta con 10 años de experiencia en revistas digitales y en gabinetes de comunicación. Apasionada de las letras, la fotografía, la moda, los animales ¡y del sabor a mar de Galicia!