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La incertidumbre forma parte de la condición humana y, queramos o no, es una compañera permanente e insaciable. A nuestro alrededor se dan decenas de circunstancias que no podemos presagiar ni controlar, por mucho que nos afanemos en hacerlo, ya sean cuestiones de salud, económicas, laborales, relaciones personales, etc.. Cuando además estos acontecimientos resultan dolorosos, paralizan… ¡vaya si paralizan! Como si alguien detuviese las manecillas del reloj.
Hay quien logra proseguir con su vida, ser resiliente y entender que no está en su mano predecir cada acontecimiento futuro. Pero otras personas se ven sumidas en el temor y en una constante inseguridad que las resquebraja. Sólo quien lo sufre puede entender qué se siente cuando el miedo te engulle, la angustia se transforma incluso en dolor físico y las situaciones más cotidianas te conducen al pánico. Hablamos con una experta acerca de la ansiedad anticipatoria, sus síntomas y qué podemos hacer para manejar el miedo al futuro.
Qué es la ansiedad anticipatoria
“La ansiedad anticipatoria es un trastorno psicológico que se engloba dentro de los trastornos de ansiedad y consiste en una anticipación de cosas negativas que creemos que van a pasar. Al final vas a pensar que todo va a ir mal y entonces concluyes con resultados catastrofistas horribles”, explica Lara Ferreiro, psicóloga colegiada con número M-30022, y autora del libro Adicta a un gilipollas: Supera tu adicción emocional a una relación tóxica. “Si tienes un pinchacito en el corazón, crees que vas a ser un infarto de miocardio. Si de repente tu novio te dice que está un poquito triste, piensas que te va a dejar. O sea, en cualquier área y en cualquier circunstancia, vas a activar tu sistema nervioso, sentimientos desagradables y pensamientos muy negativos respecto al futuro”, ejemplifica.
La psicóloga nos advierte de la importancia de diferenciar entre una ansiedad anticipatoria normal y la patológica. Al fin y al cabo, la ansiedad es una respuesta natural de nuestro cuerpo y mente ante situaciones amenazantes. Una especie de chivato que nos advierte y nos ayuda a reaccionar ante un peligro de muerte.
“El problema es que la gente ahora mismo está activando un sistema de alarma, que solo habría que activar en casos excepcionales, en su día a día”, señala. “Y esa ansiedad anticipatoria hace que tengas los mismos síntomas que si estuvieras ante un peligro real, cuando no lo es”. A lo que añade: “es muy peligroso porque generas cortisol, que es la hormona del estrés, y eso hace que tú te oxides y que incluso vayas segregando enfermedades autoinmunes”.
Por tanto, existe cierta anticipación que es natural, pensar en el futuro, en qué tienes pendiente para mañana, pero lo alarmante es que “se ha convertido en una ansiedad anticipatoria muy tóxica, muy desproporcionada, esperando catástrofes, y eso da muchísimos problemas”, afirma Ferreiro. Algo que puede derivar incluso en otro tipo de trastornos como puede ser la depresión.
¿Por qué le tenemos miedo al futuro?
Para llegar a entender la ansiedad anticipatoria es fundamental conocer su origen porque no, no existe únicamente uno, sino muchos más de las que hayamos podido imaginar. En este sentido, Lara Ferreiro enumera como posibles causas:
- Experiencias traumáticas del pasado: un trauma complejo puede ser el detonante de la ansiedad anticipatoria. “Pues imagínate que de repente a tu hermana le atropelló un coche, entonces tú crees que te va a pasar a ti lo mismo porque has vivido con ese trauma. O personas que han sufrido abusos y creen que los van a volver a padecer”, ejemplifica la psicóloga.
- Fobias o miedos no gestionados: el hecho de no haber gestionado ciertas fobias en su momento, como puede ser el miedo a volar ocasionado por una mala experiencia.
- Antecedentes previos: la experta se refiere al hecho de haber sufrido anteriormente ataques de ansiedad o si, por ejemplo, los hemos “aprendido” de un modelo familiar —una madre o un padre muy ansiosos—.
- Trastornos de personalidad: personas controladoras, posesivas, con baja autoestima y grandes inseguridades, negativas, pesimistas e incluso personas muy autoexigentes.
- Predisposición genética: en este sentido, Lara Ferreiro apunta a la química cerebral y, en concreto, a la falta de endorfinas, también llamadas hormonas de la felicidad, como la causa de ver todo de forma más negativa.
Profecía autocumplida e indefensión aprendida
Relacionados con estas causas, la psicóloga nos habla de dos cuestiones que nos han llamado la atención. Por un lado, el término “profecía autocumplida”, o lo que es lo mismo, cuando esa predicción inicial, sin ser cierta ni estar respaldada por nada objetivo, se convierte en real.
Lara Ferreiro señala la peligrosidad de pensar que realmente lo hemos presagiado y nos pone un ejemplo para entenderlo en el ámbito laboral: “Piensas ‘Dios mío, me van a despedir’, y de repente empiezas a contestar mal a todo el mundo, porque interpretas erróneamente que la gente piensa que eres una mala trabajadora. Al final creas mal rollo en la empresa, te acaban despidiendo y dices: ‘¿lo ves, lo ves? Lo sabía’. Pero es que tú has creado todo este contexto para que te acaben despidiendo”.
Por otro, la indefensión aprendida, ese instante en el que ya has luchado tanto contra la ansiedad que crees que no lograrás defenderte en ninguna situación. Terminas por pasar y resignarte a pensar que no la puedes gestionar. “Tengo pacientes que tienen una ansiedad tan anticipatoria y ataques de pánico que ya directamente no van a la montaña, no quedan con gente porque creen que les va a dar ansiedad… entonces es ya tener miedo al miedo y eso es muy problemático”, explica.
Los síntomas más comunes de la ansiedad anticipatoria
“Entre los posibles síntomas: tener muchísimo nerviosismo, agitación, no poder concentrarte, pensar siempre en el futuro de forma negativa y en cualquier área de tu vida, la incapacidad de controlar esas preocupaciones que son como pensamientos intrusivos”, comienza enumerando. Y prosigue: “Hay gente que le falta el aire y tiene una respiración muy acelerada, también genera problemas digestivos, malas digestiones, le afecta todo al estómago… cansancio crónico, no pueden dormir, dolores musculares, de toda esa rigidez luego les duele mucho la espalda”. A lo que añade las palpitaciones y otras formas derivadas de ansiedad: ansiedad generalizada, social, ataques de pánico, trastorno obsesivo compulsivo, ansiedad por separación…
El impacto de la ansiedad anticipatoria en la vida diaria
Cuando escuchas hablar a Lara Ferreiro acerca de cómo afecta este trastorno a una persona en su vida cotidiana es estremecedor. “Yo he visto gente absolutamente destrozada por esta ansiedad anticipatoria”, nos cuenta. Un problema que impacta a nivel psicológico, social, emocional y que se puede traducir en:
- Relaciones personales: cambios de comportamiento porque crees que piensan mal de ti, por ejemplo, generar tensión y conflicto, no poder concentrarte o dormirte incluso en horario laboral por problemas de insomnio.
- Síntomas físicos: palpitaciones, sudoración, etc..
- Baja autoestima: evitar todo tipo de oportunidades laborales o personales por pensar que el resultado siempre será malo, que no te cogerán en un trabajo, que no te querrán en una relación.
- Ciclo del pánico: “el ciclo del pánico es horrible”, comienza explicando la psicóloga. “Crees que te va a dar algo, entonces tienes muchísima ansiedad, evitas salir de casa…".
Siete consejos efectivos para hacer frente a la ansiedad anticipatoria
Ante todo, Lara Ferreiro lanza un mensaje de esperanza al que nos aferramos con uñas y dientes, y es que “de todo esto se puede salir”, asegura. Además, nos da 7 consejos para manejar la ansiedad anticipatoria y que no sea ella la que nos domine:
1. Aplicar técnicas de relajación
La experta recomienda hacerlo una vez al día, por ejemplo, cada noche antes de ir a dormir. Consiste en que “cada vez que nos vayamos al futuro, tenemos que volver al presente, coger aire y hacer la técnica del cinco por cinco. Cogemos aire, respiramos durante 5 segundos lo retenemos y lo soltamos. Así cinco veces. Esto es la respiración de SOS, la de emergencia”. En su canal de Youtube recopila algunos de estos ejercicios.
2. Practicar la mente del monje
“Cada vez que te vayas al futuro, vuelves al presente haciendo la técnica del stop, en la que dibujas en tu cabeza una señal imaginaria de stop y vuelves al ahora. Los budistas lo entrenan todos los días muchísimas veces porque vivir el presente es señal de felicidad ”, explica.
3. Actividades para desconectar
Acciones que te ayuden a relajarte, como dar un paseo, ver una serie que te distraiga, todo aquello que reduzca tu nivel de ansiedad.
4. Pedir ayuda profesional
“En el caso de que sientas que no lo puedas superar o leerte libros de ansiedad que hay libros muy buenos”. La terapia profesional funciona como un verdadero salvavidas, como asegura la experta, “he visto gente que lleva 24 años tomando ansiolíticos, han venido a terapia, lo han trabajado y los han dejado”.
5. Ir al gimnasio
El ejercicio físico es ideal para deshacernos de la ansiedad porque “puedes liberar endorfinas de forma natural y quitarte el cortisol”, apunta.
6. Personas anticortisol
Con este término, Ferreiro se refiere a las personas que nos llenan de alegría y con las que establecemos relaciones sanas porque precisamente las relaciones tóxicas son un foco de ansiedad.
7. Una frase para repetirte
Quédate con esta recomendación: “Cada vez que pienses en algo negativo, tienes que decirte: ‘yo esto todavía no lo sé, no se ha cumplido, porque el 95% de los pensamientos malos de futuro no se cumplen’”.
Algunos datos sobre salud mental en España realmente sorprendentes
“Creo que estamos ante una pandemia emocional de dependencia a los ansiolíticos” explica alarmada la psicóloga. “Yo lo veo todo el rato en terapia, que la gente se toma ansiolíticos como si fuera caramelos. Además, algunos se automedican, así que imagínate de lo que estamos hablando. Claramente tenemos un problema”. Y no lo dice como una afirmación al aire, sino basada en datos que apuntan a la urgencia de atender la salud mental en España.
Según el estudio Headway 2023 - Mental Health Index, “aproximadamente 84 millones de personas (1 de cada 6 personas) se ven afectadas por algún tipo de trastorno de salud mental en Europa”. Entre esos, según datos de 2019, los trastornos de ansiedad estarían a la cabeza, seguidos por los trastornos depresivos. En cuanto a estadísticas, España estaría en segundo lugar tras Portugal.
Pero no es todo, Lara Ferreiro nos cuenta que “España es el primer país del mundo que más consume psicofármacos, son datos de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, imagínate. Estamos hablando de que España es el país que más consume ansiolíticos contra la ansiedad a nivel mundial”.
Si nos parece poca emergencia, concienciarnos en que hay que abordar la salud mental es fundamental, sobre todo si miramos a las próximas generaciones. Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Salud Mental, en UNICEF España publicaban el documento: La Urgencia de un Compromiso Conjunto con la Salud Mental y el Bienestar Emocional de Niños, Niñas, y Adolescentes. En él exponen que “de acuerdo a las estimaciones mundiales del Estudio de Carga Global de Enfermedad de la Universidad de Washington , recogidos en el Estado Mundial de la Infancia 2021, la prevalencia en España de problemas de salud mental diagnosticados en las y los adolescentes de 10-19 años es del 20,8%. Este dato contrasta, de acuerdo a este mismo estudio, con el 16,3% para la Unión Europea y el 13,2% a nivel global”.
Las cifras hablan por sí solas.
Licenciada en Periodismo en la Universidad de Santiago de Compostela, especializada en marketing, comunicación y producción de moda, así como con estudios de social management y posicionamiento en buscadores. Cuenta con 10 años de experiencia en revistas digitales y en gabinetes de comunicación. Apasionada de las letras, la fotografía, la moda, los animales ¡y del sabor a mar de Galicia!