- Las 4 fases del maltrato: así reconocerás a la persona que quiere destrozarte la vida... y podrás salir de ahí.
- Cuando te manipulan para hacer lo que no deseas: qué es el chantaje emocional, cómo detectarlo y qué hacer.
- Cómo saber qué son las 'personas hogar': aprende a identificarlas en tu vida.
Con los más de veinte años que llevo de carrera profesional he podido comprobar una y otra vez que existe un miedo que siempre nos condiciona, que a menudo nos paraliza y que con demasiada frecuencia nos hace tomar las decisiones equivocadas. Un miedo que nace en la parte más primitiva de nuestro cerebro, y que a pesar de tener la clara misión de protegernos, lo que consigue es que no elijamos el camino que más nos permitiría crecer.
Estoy hablando del miedo a la soledad, que es lo mismo que el miedo a la pérdida, a la incapacidad, a la tristeza, al cambio, a la muerte y, en definitiva, a quedarnos sin amor en nuestra vida.
Lo primero que debemos entender es que es un miedo que nace en nuestro cerebro de forma automática, es un miedo muy primitivo que se origina cuando este detecta que estamos ante un peligro inminente, un peligro que nos puede llevar a un sufrimiento demoledor o en última instancia, a la propia muerte. Y es por este motivo, porque lo percibimos como algo altamente peligroso (aunque no lo hagamos de forma consciente), que somos capaces de hacer cualquier cosa para evitarlo.
Y cuando digo cualquier cosa, quiero decir exactamente esto, incluso arrastrarnos perdiendo la dignidad, suplicar a quien nos está dañando, olvidarnos de nosotros por complacer a quien no aprecia ni valora nuestro esfuerzo, pedir perdón y asumir nuestra culpa cuando en realidad somos las verdaderas víctimas de esa situación, insistir para que se quede quien ha decidido alejarse y un sinfín de otras formas de tirar por la borda nuestra integridad y nuestro valor.
Pero… ¿es necesario ese miedo para preservar la vida? ¿Estamos realmente ante un peligro de muerte si nos quedamos solos? Está claro que no, a pesar de que nuestra reacción, nuestra respuesta ante esa posibilidad y nuestras acciones, pueden llevarnos a pensar que sí. Pero, la respuesta, tiene varios matices.
Diferentes tipos de soledades
Para entenderlo bien, tenemos que distinguir entre diferentes tipos de soledades:
Cuando te dejan
Una de las formas más comunes de enfrentarnos a esa soledad no deseada y que tratamos de evitar a toda costa es la que experimentamos cuando nuestra pareja nos deja. Primero, esto es un golpe frontal para nuestra autoestima. Nos deja, y por ello, llegamos a la conclusión de que no hemos sido suficientes para él o ella. Eso cuesta mucho aceptarlo por lo que no estamos dispuestos a hacerlo así como así. Trataremos de evitar que suceda, hablando, insistiendo, cuestionando, prometiendo cambios, cediendo o en última instancia, renunciando si hace falta a nuestros propios valores. Sentimos el miedo a no encontrar a nadie más con quien vivir de nuevo lo mismo, a nadie que vuelva a elegirnos y que quiera construir una vida en común y eso…nos rompe por dentro. Aun así, se supera.
Cuando llevas un tiempo de soltería y consideras que ya va siendo hora de 'encontrar a alguien'
Empiezas a sentir la amenaza de la idea de que tal vez no encuentres a esa persona nunca, de que te quedarás así para siempre y de que tu vida, por ello, será defectuosa, imperfecta e incompleta. Sientes la palabra FRACASO pesando sobre tus hombros cada día más y eso te hunde en una desolación absoluta. Te comparas y solo observas y analizas las vidas de los demás, que siempre son perfectas y están bien acompañadas. También puedes cambiar y superar eso.
Cuando eres dependiente y estás realmente solo
Las personas mayores, los ancianos que viven solos y no pueden salir o moverse de sus casas. Ese sí que es un problema real, cada vez más frecuente y con el que hay que hacer algo como sociedad. Y es que si bien el ser humano no necesita una pareja para ser feliz y estar psicológica y mentalmente sano, SÍ QUE NECESITA TENER CONTACTO CON OTRAS PERSONAS. Eso es imprescindible.
Cómo afrontar el miedo a la soledad
Pero cuando hablamos del miedo a la soledad, está claro que no estamos hablando de este último caso sino de los anteriores. Y en ese sentido, creo que es muy importante que para hacerle frente, aprendamos primero a estar en nuestra compañía. Si uno no se conoce bien o no sabe estar consigo mismo, no sabe quedarse a solas y a gusto, es muy difícil que sea capaz de vincularse de forma sana e interdependiente con otras personas.
Por ello, nuestro principal objetivo debería ser este, encontrar y conectar con el placer de estar con nosotros mismos porque cuando conseguimos esto (ya sea a través de un proceso para fortalecer la autoestima o enfrentándonos a vivir experiencias que nos expongan a esta situación como ir a sitios solos), cambiamos. Y con este cambio interno, se produce el mayor cambio externo que jamás hayamos imaginado.
La jefa: Silvia Congost
Silvia Congost es psicóloga experta y un referente nacional en autoestima, dependencia emocional y relaciones tóxicas, conferenciante, autora de 9 libros, y una líder inspiracional en redes sociales y medios de comunicación. Tiene 20 años de experiencia profesional en el sector de la psicología y cuenta con centros en Barcelona, Girona y Madrid, además de realizar terapia online con pacientes de todo el mundo, donde junto a su equipo ha ayudado a miles de personas a reforzar su autoestima, liberarse de relaciones tóxicas y apostar por la vida que realmente sueñan gracias a su propio y exclusivo método.
Puedes encontrarla en Instagram (@silviacongost) y en su canal de YouTube.
Silvia Congost es una psicóloga experta en autoestima, dependencia emocional y relaciones. Conferenciante. Autora de 10 libros entre los que se encuentran títulos como "Personas Tóxicas", "Autoestima automática" o "Si duele, no es amor".
Con 20 años de experiencia, ayuda, junto a su equipo de profesionales, a miles de personas de todo el mundo a aprender a amarse y a mejorar su calidad de vida. Su misión es aportar información y educación emocional en el tema de las relaciones y para ello, crea eventos de gran formato llenando teatros de todo el país, divulga habitualmente contenido de valor en redes sociales y participa de forma regular en medios de comunicación.
Silvia tiene claro que el amor jamás duele, y que si duele, no es amor. Por ello, toda su vida gira entorno a este claro y necesario propósito. Tiene más de 400.000 seguidores en Instagram, un gran altavoz donde divulga sobre relaciones, autoestima y salud emocional.