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Un estudio publicado en PLOS Mental Health señala que los participantes en la investigación "creían que un terapeuta había escrito la respuesta" cuando las respuestas y consejos en realidad provenían de ChatGPT. Cada vez son más quienes recurren a sus servicios, convirtiendo así el universo digital en una forma gratuita e instantánea de conseguir consejos e incluso consuelo, pero el mundo de la psicología asegura que este tipo de servicios no pueden jamás equipararse a los de un psicólogo.
Así lo asegura Verónica Portillo, autora de Amar bien, querer mejor (RBA Libros, 2025). “La inteligencia artificial ha llegado para quedarse y podemos emplearla como un recurso, pero no sustituye la figura de un psicólogo, al igual que no sustituye a un médico. El factor humano es muy importante en ciertas profesiones, por ejemplo, el vínculo que se crea en un proceso de psicoterapia entre las dos personas es insustituible y forma parte del cambio. Hay aspectos que la inteligencia artificial no puede ofrecer, al menos de momento. Se puede recurrir a ChatGPT como un apoyo, puede dar cierta orientación a los usuarios y esto es genial, siempre que se tenga presente que no es un proceso terapéutico”, explica a Elle.
Por su parte el psicólogo Buenaventura del Charco resalta que esta creciente tendencia evidencia el enorme problema de acceso que tenemos a la salud mental. “La gente acude a chatGPT fundamentalmente porque no existen suficientes psicólogos el sistema público de salud y porque un tratamiento privado, con un coste inicial de entre 200 y 280 euros al mes, está fuera de las posibilidades de gran parte de la población. Ya no existe el estigma de ir al psicólogo, casi es algo socialmente bien visto, por lo que es un problema económico fundamentalmente”, asegura.
Señala que también puede evidenciar los problemas de la psicología actual, que considera es muy reduccionista al reducirlo todo a pautas y hábitos, algo que sí puede hacer la IA. “Por eso hay que volver a lo que realmente aporta un psicoterapeuta: empatía, aceptación, cuestionamiento profundo... con todo eso, el paciente puede entender su realidad y hallar sus propias respuestas”, indica. Indica, a la hora de hablar de los riesgos que entraña emplear ChatGPT con esta finalidad, que hay que entender que se trata de un algoritmo que une información y responde en base a patrones, pero no hace un análisis real de la información, no tiene pensamiento crítico, es incapaz de empatizar o de crear razonamientos propios.
“Cómo le preguntamos y le damos la información sesga las respuestas de la IA, y es que gran parte del trabajo de un psicólogo es enseñar al paciente a plantearse, explicarse y preguntarse de formas distintas sobre su propio problema para sacarle de un enfoque ineficaz que le mantiene enganchado sin poder salir del problema. Creo que te puede ayudar a la hora de darte pautas de hábitos saludables, o informarte sobre teorías psicológicas concretas si le preguntas, pero es el equivalente a leerte un libro o ver contenido en internet: no es psicoterapia”, dice.
Una usuaria de TikTok comparte en su perfil un vídeo en el que dice que prefiere emplear a ChatGPT para lograr una guía psicológica que un profesional porque se acuerda de todo y no le juzga, por lo que jamás le miente cuando le cuenta sus problemas. “Y por si fuera poco, no me cobra”, asegura. “Es estupendo que las personas busquen un espacio seguro y sin juicios, de hecho en la psicoterapia esto es un factor primordial que el profesional debe ofrecer. Para poder trabajar en nuestras vulnerabilidades hay que contar con este espacio libre de juicios donde poder abordar cualquier tema, por lo que animo a quienes quieran hacer un proceso terapéutico a encontrar a un profesional que les ofrezca esto desde el inicio”, dice Portillo.
Sin embargo, advierte, de ninguna manera se puede considerar una forma de terapia, pues considera que puede ser una confusión peligrosa. "ChatGPT puede ser un apoyo en algunos momentos y puede aportar consejos, pero la tarea del terapeuta es acompañar a la persona a mirar adentro y encontrar sus propias respuestas. Aunque a veces podemos aconsejar, no es nuestro rol ni nuestro objetivo principal en un proceso de terapia”, recalca.
Dazed & Confused habló con diferentes personas que han convertido la Inteligencia Artificial en su aliada psicológica. “Si bien ChatGPT no reemplaza totalmente la terapia para mí, complementa mis prácticas terapéuticas actuales al ofrecer perspectivas personalizadas y nuevas perspectivas”, explica una 'life coach' al medio. “Lo utilizo para generar ideas y desarrollar conceptos a nivel personal y profesional, así como para crear planes y recursos de 'coaching' para mis clientes”. Aunque no cree que la IA pueda reemplazar la profunda conexión emocional que proporciona un terapeuta humano, “la perspectiva objetiva y sin prejuicios que ofrece ChatGPT puede ser increíblemente liberadora”, dice.
Buenaventura no solo resalta que los psicólogos no tendrían que juzgar, sino que no cree que esas charlas sean verdaderamente útiles. “Hablar con una máquina aséptica puede ser cómodo, pero entonces lo que sucede en esa charla no es realmente transformador, no es útil fuera de la consulta, porque estamos creando una vivencia artificial que luego no se va a dar en la vida real, donde las personas reaccionan a lo que nos pasa. Hemos de aprender a manejar esa situación si queremos que la terapia sea aplicable”, dice.
La Asociación Nacional de Psicólogos y Residentes (ANPIR) señala que en España hay seis psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, por lo que no es de extrañar que haya quienes recurran al mundo virtual para buscar ayuda. Sin embargo, mientras que un terapeuta sabe cuándo desafiar al paciente y cuándo conectar, el manejo de la relación terapeútica es el punto débil de ChatGPT.
“Puede parecer una tontería, pero sabemos que la relación entre el psicólogo y el paciente es un vinculo sanador y corrector, potenciador del aprendizaje, hasta tal punto que el 45 % del cambio del paciente se debe a la relación de forma directa o indirecta y solo el 15 % a la técnica psicológica... Saber motivar, dar consuelo, acoger, empatizar, confrontar sin juzgar u ofrecer enfoques alternativos que se ajusten al estilo del paciente y su sistema de valores, es algo que la IA no podrá hacer, ya que no es cuestión de inteligencia, sino de emociones y experiencia”, dice Buenaventura del Charco.
Señala además que el empleo de psicólogo figura siempre en el top 5 de trabajos menos sustituibles por IA de las clasificaciones que hacen los propios programadores de la misma. Así lo señala el nuevo informe de la Organización Mundial del Trabajo.
Los expertos de la Fundación CIVIO alertan del elevado número de pacientes con síntomas depresivos que no buscan tratamiento al no confiar en su eficacia, no considerar que tienen un problema y pensar que este desaparecerá solo. “Las personas acuden a consulta por los síntomas físicos como el insomnio o la fatiga, y se les prescribe medicación, sin ser derivados a un tratamiento psicológico adecuado para detectar el origen del problema”, advierten.
Teniendo en cuenta que el informe señala que España es el país con más prevalencia en depresión, por detrás de Grecia y seguida de Portugal, resulta fundamental facilitar el acceso a terapia de la sociedad y concienciar de su importancia. Sin duda alguna, por más que muchas celebridades hablen de forma abierta acerca de sus sesiones terapéuticas, estas siguen siendo un privilegio y pueden empujar a quienes no tienen acceso a sentirse frustrados o incluso a pensar que son responsables de su propia situación, por lo que lo esencial es lograr que la terapia, lejos de ser un privilegio, sea un derecho. Y luego ya podemos comentárselo, si eso, a ChatGPT.
Marita Alonso es experta en cultura pop y estilo de vida. Escribe acerca de fenómenos culturales desde una mirada feminista en la que la reflexión está siempre presente. No tiene miedo de darle una pincelada de humor a las tendencias que nos rodean e intenta que el lector ría y reflexione a partes iguales. Cuando escribe sobre relaciones, su objetivo es que la toxicidad desaparezca y que las parejas sean tan saludables como las recetas que intenta cocinar... Con dramáticos resultados, claro. Los fogones no son lo suyo.
Ha publicado dos libros ("Antimanual de autodestrucción amorosa" y "Si echas de menos el principio, vuelve a empezar") y colabora en diversos medios y programas de radio y televisión luchando por ver las cosas siempre de una manera diferente. Cree que la normalidad está sobrevalorada y por eso no teme buscar reacciones de sorpresa/shock mediante sus textos y/o declaraciones.
Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense, imparte master classes de cultura pop, estilo de vida y moda en diversas universidades. En Cosmopolitan, analiza tendencias, noticias y fenómenos desde un prisma empoderador.