¿Cuántas veces has tenido que soportar el optimismo surrealista de tu jefe? Sí, ese que te dice que puedes entregar un informe de 200 páginas en tres días, mejorar la producción un 300% sin recursos u ocuparte de 100 enfermos más en el mismo tiempo y con el mismo salario. Oye, y te lo dice contento, dándote palmadas en la espalda haciendo 'puñitos' con el resto del equipo. Esto no es optimismo: es positividad tóxica.

Está claro que tener un empleado feliz hace mejores a las empresas. Algunos estudios sitúan en un 13% el incremento de producción de un trabajador contento. El autor de 'La felicidad como ventaja' (Integral), Shawn Achor, explica que la positividad racional puede generar tres veces más creatividad, un 23% menos fatiga y un 37% más de ventas. Otra cosa es que el optimismo de tu jefe sea un arma arrojadiza.

La positividad tóxica de un jefe surge cuando, a pesar de ser consciente de que la situación es difícil, mala o estresante, se convence a sí mismo de que trabajando felices o pensando positivamente el resultado cambiará. Y lo peor es que lo extiende a su equipo, por lo que atribuye a los trabajadores la responsabilidad de los resultados, sin abordar las causas profundas.

Jefe que practica la positividad tóxica: señales de alarma para detectarlo

Se rodean de gente que siempre les dice "sí"

Los jefes de la positividad tóxica se suelen rodear de gente que no cuestiona sus recomendaciones sin sentido, así no tienen que dar explicaciones. Todo es más fácil, porque su gente cree que todo es posible, no ven los obstáculos. Es una manera de protegerse de la realidad: ignorarla.

Los expertos de Harvard indican que hay que equilibrar el optimismo con el realismo. Un buen líder tiene que estar dispuesto a escuchar lo que no funciona, resolver problemas con sus trabajadores y delegar cuando sea necesario. Si aceptan que el fracaso es una opción, podrán evaluar qué hacer de forma diferente la siguiente vez.

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D.R.

Elogian en exceso

Una cosa es que tu jefe te motive diciéndote tus puntos fuertes y otra que use los cumplidos para manipularte. Son líderes que complacen a las personas, las halagan, para que hagan las cosas como ellos desean. Suele ser habitual en momentos en los que el mercado laboral experimenta muchos despidos; te amedrentan de manera poco transparente porque tienes miedo a perder tu empleo.

Ojo con frases como "Eres la única que puedes hacer esto"; "Tú eres lo suficientemente bueno para manejar esta carga de trabajo, creo en ti"; "Sé que podrás hacerlo en menos de dos semanas, siempre superas los retos y nunca me has defraudado". Pueden parecer elogios, pero en realidad son un arma para manipular a los miembros de su equipo y hacerles aceptar trabajos imposibles. El feedback no debe ser puntual, sino permanente.

Esperan que el trabajador siempre esté contento (independientemente de la situación)

"¿Qué te pasa, por qué no sonríes?": ahí está el pesado de tu jefe al que no le puedes contestar con sinceridad semejante pregunta. Y a lo mejor no te ha pasado nada, simplemente estás trabajando concentrado, pero él quiere tener a todo su equipo 24/7 sonriendo de oreja a oreja, sin importar las circunstancias.

"No podemos esperar que nuestros equipos muestren felicidad en el trabajo, a demanda, solo para sentirnos mejor con nosotros mismos y con nuestra capacidad de liderazgo", comparte Lan Phan, autor de 'Do this Daily'. "Al pedir a los miembros del equipo que simplemente sonrían más, podemos estar desestimando o invalidando emociones o reacciones negativas que están experimentando en el trabajo o en casa", añade.

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C6

El jefe debe hacerse cargo de la situación por la que pasa el trabajador

Un empleado puede sentirse desmotivado por la incertidumbre económica, los despidos, la sobrecarga laboral, los recortes de gastos, el incumplimiento de objetivos... pero también por situaciones personales, como el coste de la guardería, el rendimiento escolar de su hijo adolescente, el cuidado de su padre anciano o no poder pagar la hipoteca. No es razonable que los jefes esperen que los empleados estén siempre felices y agradecidos.

Si obligas a tu empleado a tener que estar siempre sonriendo, puede acabar agotado. Y si comparte sus verdaderos sentimientos o preocupaciones, les pueden tachar de 'agitadores'. Así, ¿quién va a gusto al trabajo? Los buenos jefes validan cualquier emoción por la que pase su empleado y no le dice frases tipo "Cálmate", "Podría ser peor" o "Mira el lado positivo".

Y ¿qué hacer si tú eres el trabajador y te encuentras con este perfil como superior? Lo primero, empieza a poner límites y busca el apoyo de tus compañeros -aunque sea solo algunos-. Compara los objetivos que te marca tu jefe con las limitaciones actuales de la empresa para ser realista contigo mismo sobre lo que puedes y no puedes hacer -a pesar de lo que te digan- y evitar el agotamiento. Y, por último, ni se te ocurra pensar que la positividad tóxica que practica tu jefe es una lección de optimismo. Nada más lejos.

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Begoña Alonso es experta en ocio, cultura y estilo de vida, coordinando la sección de Living en Elle.es desde hace más de seis años. Llevar la sección de Living supone que lo mismo escribe un reportaje sobre las mejores series de terror de Netflix, que un artículo de viajes y lunas de miel, un perfil de una activista feminista o un listado de los mejores libros de la historia que tienes que leer. 

Siempre suele decir que la vida no le da para todo: libros, agenda, música, ocio, cine, series, plataformas de streaming (Netflix, Amazon, HBO, Disney+, Filmin, Movistar+, Apple TV+…), maternidad, televisión, feminismo, viajes, cultura, ‘lifestyle’, motor, tecnología… Pero es capaz de llegar a todas partes para ofrecer siempre los contenidos más actuales e interesantes. 

Begoña Alonso se licenció en 1999 en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, pero cuenta casi con 30 años de experiencia en la profesión. Se estrenó en medios locales como Huelva Información o Las Provincias, pasó por radios vecinales haciendo programas de cine y luego aterrizó en el mundo del papel, en medios como La Razón, Maxim o Reporter. 

Tras 9 años dedicada al ‘branded content’, Begoña lleva una década en ELLE, el mismo tiempo que ha transcurrido desde que consiguiera el Premio 20 Blogs por ‘The Best of the 80s’, un blog de música de los 80, una de sus pasiones. También adora las películas de boda y se pasa más tiempo planificando viajes que llevándolos a cabo, pero eso es otra historia.