La dos expresiones más manidas de la moda y las tendencias son claramente: 'Todo vuelve' y 'La moda es cíclica'. Pero no por manidas son inciertas, ya que cada temporada las tendencias se encargan de recordarnos la gran verdad que suponen. Regresaron los ciclistas, las hombreras, el acid house, los vaqueros de campana y las plataformas. Cómo no iba a volver el gran accesorio que nos obsesionaba a las adolescentes de los 80 y 90 cuando la corriente grunge llegó y se quedó.
Y por gran accesorio podríamos referirnos a las gorras (que por supuesto están de regreso también) o el belly chain o cadena para poner en los vaqueros de tiro bajo. Pero no, esta vez hablamos de que tras habernos agujereado las orejas por encima de nuestras posibilidades, le toca el turno a la nariz. De nuevo.
Y eso que bueno, ejem, no todas nos armamos de valor para hacerlo, o no obtuvimos el permiso de pasarnos al lado oscuro de los piercing en la nariz y tratamos de emularlo con una especie de imán pequeño que hacía las veces. A mi mi madre luego me metió el miedo en el cuerpo - era enfermera- con que iba a aspirarlo al respirar y de ahí al cerebro. Pues el piercing de nariz vuelve.
Que no lo decimos nosotras, que es que hasta Gucci lo ha convertido en el accesorio estrella de su colección Love Parade. Pero también fueron gran centro de atención en las propuestas de Alta Costura de Vaishali, o la versión septum de las propuestas Ready to wear de Courrèges.
Sea como fuere lo que propongan los diseñadores, lo que si es evidente es que volveremos a ver piercings de nariz en diferentes estilos y detalles. La cuestión es si esa generación volveremos a animarnos con ellos al igual que con los earcuff que también pertenecen a los boomers y generación X.
Así se llevaban los piercings en la nariz entre los 90 y los 2000
El desfile de Gucci
Alta Costura de Vaishali
Courrèges

Paula Llanos es Jefa de moda en ELLE.es. Licenciada en Periodismo en la Universidad Pontificia de Salamanca, con experiencia en prensa escrita, radio y televisión pero con total vocación digital. Desde el año 2000 (18 años) en internet, en prensa femenina 13 años y 10 años en Elle.es Adicta a la moda, las compras e Instagram. Experta en crear necesidades e identificar prendas y accesorios con una sola foto y en hacer titulares con juegos de palabras.