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Vestir con traje era, no hace tanto tiempo, una auténtica osadía para las mujeres. Fue hace un siglo cuando Coco Chanel comenzó a desafiar los códigos de estilo imperantes y a lucir pantalón en lugar de la tradicional falda por debajo de la rodilla o los recurrentes vestidos, el atuendo habitual del público femenino. Con la excepción de los años de la Primera Guerra Mundial, cuando muchas mujeres desempeñaron tareas tradicionalmente masculinas y con ello incorporaron los pantalones a su atuendo de obreras, llevar pantalón era una declaración de principios al alcance únicamente de cierto sector de mujeres vinculado al mundo del arte, el cine, la escritura... Poco a poco, el armario femenino fue multiplicando sus posibilidades y a medida que la mujer conquistaba nuevos derechos y libertades, su forma de vestir también dejaba de ceñirse a convencionalismos. Hoy en día el traje de mujer es una de las prendas del momento, despojado de su carácter puramente formal, se lleva con zapatillas, junto a plataformas de altura imposible, con tops tipo corsé o camisas clásicas, la versatilidad es sin duda su gran ventaja.
El traje, para ellos y para ellas, sigue ligado al ámbito formal en determinadas profesiones, como el mundo empresarial o de la política (en este sector, se empiezan a resquebrajar ciertos códigos). Encontrar opciones clásicas es fácil. Lo llamativo es que de un tiempo a esta parte, las marcas asequibles y los sellos propios de las generaciones más jóvenes, han ido ampliando colecciones con el traje sastre como gran protagonista. El diseño mantiene su esencia original al estar integrado por una americana y un pantalón de vestir, pero se transforma gracias a siluetas anchas y guiños a las tendencias. El traje ya no solo es gris, azul marino o negro, también se lleva en rojo, verde lima o amarillo. E incluso cuando mantiene su lado más convencional, puede resultar tan transgresor como la apuesta más alocada si se combina con la prenda y accesorios adecuados.
En España, firmas como Bleis Madrid o Charlotte Blaz, ambas especializadas en sastrería femenina, ejemplifican el éxito de una prenda que no se puede categorizar como tendencia porque su popularidad no parece tener fin.
Blanca Rodríguez se decidió a lanzar Bleis Madrid en 2016 tras la pérdida de su padre, apasionado de la sastrería y motivada por la dificultad de encontrar buenos trajes para ella misma. El proyecto ha evolucionado hasta la actualidad y se ha convertido en un referente de la sastrería para mujer, con diseños atemporales pero renovados. "Sin duda nos importa estar al día de las tendencias, pero sobre todo somos una firma que cuida muchísimo el producto obsesionándonos con la excelencia del mismo. De alguna manera seguimos reversionando clásicos, modernizándolos con un patronaje actual pero la versatilidad está en que cada mujer lo hace suyo con su propio estilo", comenta a Elle.
La diseñadora tiene claro que esa polivalencia es el motivo por el que los trajes han logrado adentrarse en el terreno de los básicos: "Creo que el consumidor se ha dado cuenta no sólo de la comodidad de un traje, sino también de su gran versatilidad. Un tres piezas puede combinarse de múltiples maneras, generando infinitos looks y sobre todo pudiendo ser una prenda de transición entre el día y la noche". La tercera pieza a la que alude la experta en moda es el chaleco sastre, una apuesta convertida en supertendencia que promete seguir dando forma a los looks más especiales de la temporada, dentro o fuera del traje.
Cuando hace cuatro años Carlota Muñoz-Vargas lanzó Charlotte Blaz y sus primeras chaquettes, unas americanas donde se fusionaba el corte clásico con los detalles de color más audaces, no imaginaba que casi un lustro después la firma sería una de las más influyentes de su categoría. "En Charlotte Blaz vamos evolucionando. Empezamos con las chaquettes, después hicimos chaleques largos y cortos, abrigos… El pasado otoño lanzamos piezas completas que incorporan el pantalón para poder llevar el conjunto entero y hace algunas semanas, lanzamos la capa", cuenta la fundadora acerca de los últimos pasos de la marca. Y coincide con Blanca, al señalar la versatilidad como la gran baza de la sastrería actual: "Las mujeres queremos piezas que puedan adaptarse a cualquier día… Sales de casa, te vas a trabajar, directamente después te vas a una cena con amigos o gente del trabajo o vas a un bar a tomar una cerveza… La sastrería te permite ir adecuada desde las 9 de la mañana a las 9 de la noche con independencia de cuales sean tus planes. Desde una chaqueta hasta un chaleco, si optas por el conjunto completo incorporando el pantalón, es un acierto. Es cómodo, sienta bien y favorece", opina.
Qué tener en cuenta al comprar un traje
Si estás pensando en adquirir un traje bueno como apuesta de fondo de armario, la cantidad de opciones puede que te dificulte la tarea de dar con el diseño ideal. Desde Bleis Madrid consideran varios aspectos a tener en cuenta antes de lanzarte a la compra. "Creo que lo primero es conocer la silueta que más favorece, que pasa por trajes de corte recto, cruzado, estructurados, oversize, con pantalón de pinzas o de corte flare etc", explica la fundadora. Y añade, la importancia de "buscar calidad con un buen tejido y una cuidada confección. Todo esto hará que ese traje dure en tu armario eternamente".
Charlotte Blaz coincide en que dar con un traje bien cortado es la clave: "Normalmente, cuando invertimos solemos optar por piezas básicas de fondo de armario… Oscuras, negras, en azul marino... Yo aconsejo invertir en una chaqueta que favorezca, esté bien cortada, siente bien y tenga algo especial que nos provoque emoción y ganas de llevarla. Algo que haga ilusión estrenar".
Tres trajes de primavera
Elena Muñoz tiene una experiencia de más de una década escribiendo sobre moda. A lo largo de su trayectoria ha cubierto los desfiles de la semana de la moda de Madrid, las alfombras rojas de los premios más importantes del mundo y ha entrevistado a decenas de celebridades y diseñadores. Además, no se pierde ninguna novedad en materia de tendencias. A la hora de escribir sus artículos y reportajes, Elena Muñoz busca siempre una perspectiva más analítica, indagando sobre el simbolismo de las prendas, el significado de las tendencias y curioseando en la historia de la moda, tratando de ir un paso más allá y ofrecer otra visión de la industria, que es mucho más que ropa. Además, le interesa curiosear sobre nuevas firmas independientes, reivindicar las marcas made in Spain y hablar sobre sostenibilidad.
Estudió periodismo y comunicación audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y desde muy pronto se adentró en las redacciones de revistas, donde ha desarollado toda su carrera. Aprendió en las redacciones de Grazia, Glamour y Marie Claire, donde desempeñó funciones de periodista digital pero también se familiarizó con la prensa escrita. Estuvo casi cinco años como editora digital de moda en Hola. En la actualidad colabora con diferentes medios de comunicación, entre ellos Elle. También tiene una newsletter, "El sofá", donde habla de cultura y mujeres que inspiran.