Hasta hace unos años, cada temporada venía marcada por diferentes tendencias, a la hora de vestirnos, marcadas por las grandes casas de lujo y por los expertos en moda, ya sean editores, estilistas o diseñadores. En la actualidad, no sólo los períodos de tiempo se ven reducidos debido al fast fashion (cada poco aparecen nuevos trends pasajeros), si no que, además, ya no son los expertos los únicos en dictar lo que se va a llevar y lo que no, entrando en juego ahora los prescriptores y las redes sociales. Pero, ¿y si no son los únicos en saber de moda? Con la notable y poderosa llegada de la inteligencia artificial a la industria de la moda, ¿pueden las matemáticas jugar un papel importante a la hora de hablar de tendencias?

Matemáticas, inteligencia artificial y moda, ¿qué relación existe entre ellas?

Nadie es ajeno al peso que ha ganado la inteligencia artificial en nuestras vidas. Así como por ejemplo las redes sociales, la publicidad o las plataformas de streaming muestran contenido personalizado a nuestros gustos, el sector de la moda ha encontrado en la IA un gran aliado para sus ventas.

Esta convergencia entre la moda y la tecnología ha provocado notables cambios no solo a nivel empresarial, sino tambien en cómo se diseñan, producen y comercializan las prendas de vestir. Por ejemplo, los algoritmos pueden analizar datos históricos de ventas, pronósticos de demanda y disponibilidad de materias primas para optimizar la producción. Esto provoca que se reduzca el riesgo de exceso o falta de inventario, se minimicen costes y se ofrezcan productos más ajustados a la demanda real.

En este sentido, también los precios y los descuentos se pueden optimizar. Analizando datos de precios, historiales de ventas y el comportamiento del consumidor, las empresas pueden establecer precios más productivos y saber cómo y cuándo utilizar descuentos.

La experiencia de compra, tanto física como online, gracias al análisis de datos del comportamiento real del consumdior y su interacción con los productos, aparece mucho más efectiva y adaptada a nuestras preferencias. Si hablamos de e-commerce, nuestro historial de búsquedas y compras o cómo actuemos en redes sociales personaliza en gran medida la oferta en moda que recibimos, completamente adaptada a nosotros como individuos.

Pero esto no acaba aquí, pues las matemáticas también ayudan a dictaminar cómo diseñar prendas con gran impacto en el mercado y qué tendencias se llevarán. Para lo primero, se analizan patrones y tendencias históricas con los que inspirarse y llevar a cabo potentes creaciones. Para lo segundo, el reconocimiento de imágenes y palabras es de gran ayuda. La aparición recurrente de siluetas en pasarelas, prendas en redes sociales o menciones en blogs y revistas facilita identificar patrones con los que predecir futuras tendencias. Increíble, ¿verdad?

copenhagen fashion week spring summer 2024
Edward Berthelot

Cómo predicen las matemáticas las futuras tendencias

La moda es una explosión de arte, un concepto que se nos antoja completamente subjetivo. Las matemáticas, en el otro lado de la balanza, se trata de una ciencia completamente objetiva. ¿Cómo puede ser entonces que esta fórmula sea eficaz? Pues bien, mediante la recopilación y análisis de datos relacionados con la moda como las ventas, el comportamiento del cliente, las interacciones en redes sociales, las búsquedas o las pasarelas las matemáticas se pueden encontrar patrones que recogen una realidad: si ciertas siluetas, colores o tipos de prendas se repiten en gran medida, van a ser tendencia. Y esto es puramente objetivo.

La cuenta de Instagram @databutmakeitfashion es un claro ejemplo de ello. Con una carrera de informática a sus espaldas, la creadora René Lapuerta buscaba trasladar la lógica y el razocinio a un campo tan subjetivo como lo es la moda. De esta forma, comprender lo que ocurre en la industria y volverla más accesible resulta mucho más fácil. Así pues, tras divertidos memes de escenas de series y películas icónicas o celebrities reconocidas, habla sobre lo que se lleva y va a llevar gracias a los análisis matemáticos.

La IA le permite obtener patrones gracias a diversos factores: minería de texto (análisis de opiniones, comentarios o descripciones), recopilación de imágenes (identificación de fotos en pasarelas, campañas publicitarias o redes sociales), el análisis de las redes sociales (hasghtags, comentarios, menciones, búsquedas, etc.) y modelos matemáticos y estadísticos predictivos (estudio y comparación de datos históricos y contemporáneos), entre otros. Así, con el método de clustering o agrupamiento de datos consigue grupos de elementos similares y recurrentes, como puede ser un color, un estampado, una prenda concreta, un tejido... Al finalizar este estudio y recopilación, René informa objetivamente de las tendencias que se llevarán durante la temporada.

Si esto lo realiza ella como pasión, imagínate el poder que tienen las diferentes marcas de moda con toda esta información. Eso sí, nosotros como usuarios también podemos hacer uso de datos como los que nos proporciona esta cuenta para entender las tendencias y comprar de forma más racional y efectiva. Por ejemplo, si estás pensando en comprarte una falda vaquera larga pero los análisis hacen referencia a una bajada del interés general por esta prenda, quizás prefieras apostar por otro item que perdure más en el tiempo. O si la prenda que más veces se ha puesto Bella Hadid en sus últimas apariciones públicas es el pantalón parachute, puede que te apetezca hacerte con uno.

¿Saben más las matemáticas de las tendencias que las prescriptoras de moda?

Ante este nuevo paradigma en la industria fashionista nos preguntamos, ¿pueden las matemáticas saber más de tendencias que las prescriptoras de moda?

Aunque la IA y las matemáticas pueden acceder a grandes cantidades de datos y llegar a conclusiones tangibles y objetivas (mismos patrones y futuras tendencias), no podemos olvidarnos de la parte humana que existe detrás: la moda es mucho más que números y porcentajes.

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Raimonda Kulikauskiene//Getty Images


Como comentábamos antes, la moda también implica una gran compresión de la historia, de la cultura, de los gustos, de la creatividad... Las prescriptoras, editoras, estilistas, diseñadores y demás expertos en la moda aportan emoción y una interpretación humana incomparable a los datos que recoge un ordenador. Aunque podemos encontrar en el análisis matemático un arma de gran valor, la moda sigue necesitando la cara más original, personal y artística que sólo pueden aportar los que más saben del campo.

Y, nosotros como consumidores, debemos conocer asimismo nuestros gustos y marcar un estilo personal por el que regirnos. No todas las tendencias valen, y necesitamos ser capaces de diferenciar lo que realmente se adapte a nosotros, y no al revés.

¿Lo ideal? La combinación de ambos para un foco más holístico de la moda.

Headshot of Carolina Cañoto

Graduada en Filología Hispánica y especializada en marketing digital y comunicación de moda, belleza y lifestyle, Carolina vive su sueño como colaboradora para Elle y desarrolla asimismo su labor de PR para firmas de moda y gastro. Se considera una verdadera experta en tendencias, descubrimientos beauty y restaurantes de moda. La lectura, el fitness, Friends y sus gatos son algunas de sus pasiones favoritas, y Bélgica su segunda casa.