- Vuelve la falda con pantalón que todas llevábamos en los 2000
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La capa es tendencia y no, no nos referimos solo a esas capas señoriales vinculadas al armario más formal, la capa se abre paso también en looks de diario sencillos e incluso desenfadados. Hasta llegar a este punto, en el que es fácil encontrar multitud de opciones de capas en tiendas como Zara o Massimo Dutti, la capa ha transitado un camino que, en opinión de Paula Beneytez, fundadora de Marcela&Co, comenzó en el año 2011. En esa fecha tuvo lugar la boda de Alberto de Mónaco con Charlene y en ella Carlota Casiraghi cautivó al mundo cuando acudió a la recepción nupcial ataviada con un delicado vestido azul bebé que incorporaba una larga capa. Desde entonces, "las invitadas la usan porque queda bien a todos los cuerpos, son muy versátiles y muy chic. Además, abrigan más y son más fáciles de llevar que una estola y se adaptan a trajes anchos, con hombreras… cosa que es más difícil de conseguir con un abrigo. También son fáciles de transportar si tienes un evento fuera y no se arrugan casi", enumera Beneytez sobre los puntos fuertes de la capa.
Para Nahia Lafuente, fundadora y directora creativa de la firma vasca Iturri Enea, detrás del furor por las capas hay "factores que conectan tanto con el estilo como con el simbolismo. Las capas ofrecen una elegancia envolvente y un dramatismo visual que pocas prendas logran, proyectando poder y misterio, algo que el público moderno valora enormemente". Pero esa teatralidad no resta versatilidad: según Lafuente "su diseño versátil permite combinarlas con facilidad, y su estructura suelta se adapta a diferentes cuerpos".
Aparte de una función práctica (cubrir los hombros en ceremonias religiosas o abrigar), la capa se concibe en la actualidad como un complemento más, cada vez más arraigado en el armario femenino. Nada que ver con la capa tradicional. En España, su origen se remonta al siglo XIV y la zona de Salamanca, en concreto a Béjar, conocido por su poderosa industria textil. Su uso se fue extendiendo paulatinamente a lo largo de los siglos, e incluso se llegó a prohibir en época de Carlos III (siglo XVIII), dando lugar al motín de Esquilache, una sublevación popular fruto del descontento que terminó con el destierro del marqués de Esquilache, quien había prohibido la capa bajo el pretexto de que su silueta amplia facilitaba a los delincuentes guardar armas.
Variando su longitud y los materiales empleados en su confección de acuerdo a las modas, la capa (conocida como capa castellana) mantuvo siempre su esencia. Su popularidad tocó techo en el siglo XIX y si bien no desapareció de los armarios hasta hace unas décadas, nunca ha vuelto a recuperar su esplendor. A excepción de tiendas especializadas, como la emblemática capas Seseña, un negocio centenario que ha vestido a personalidades tan ilustres como Hemingway, Buñuel, Picasso, Jane Fonda..., hasta hace un par de temporadas era complicado encontrar capas en las colecciones de las marcas generales. Este invierno, sin embargo, están por todas partes.
En Marcela & Co, firma ligada al mundo de las invitadas, empezaron a vender capas de gasa para verano y ante el éxito de sus diseños, han incluido capas de terciopelo pensadas para los meses de frío. Otros sellos, como la española Bimani, también han contribuido al éxito de estas creaciones, muy codiciadas entre las invitadas.
"En los últimos años ha aumentado el interés en este tipo de accesorios: capas, ponchos, cuellos, fulares... siempre están en nuestro top ventas. En concreto, nuestra capa Bianca ha despertado mucho interés; es el complemento perfecto para cualquier look de invitada de invierno", dice Laura Corsini, fundadora de Bimani. En su opinión, "la clienta ha perdido el miedo a llevar una capa en su día a día, y ahora resulta más fácil combinarlas. Cada vez vemos más personas añadiendo las capas en sus looks de diario, seguro que es una tendencia que crecerá próximamente.
La capa corta: la versión informal y versátil
Curiosamente, hubo un tiempo en que las capas cortas se asociaban a las clases más pudientes, pero en la actualidad muchos de estos modelos presentan un aire mucho más relajado e informal que las capas largas, vinculadas como decíamos al sector invitadas. En 2024, la capa corta se ha ganado un sitio destacado en el fondo de armario pero, ojo, a veces puede ser fácil confundirla con el poncho. La capa, normalmente, presenta un cierre y tiene una silueta algo más definida. En The Curiousers, firma española caracterizada por una estética romántica y de aire vintage, han incluido entre sus novedades dos capas cortas con cierre de botón al cuello y un gran lazo decorando la parte posterior de la prenda. Más minimalista es la propuesta de Mus&Bombon, la marca española apuesta por capas cortas de tonos neutros y otros modelos más largos próximos al abrigo. Y perfectas para el día o la noche las capas de terciopelo de Victoria, disponibles en verde o azul noche.
En marcas como Zara se pueden encontrar varias creaciones que actualizan la capa de toda la vida. Por ejemplo, la chaqueta capa, una especie de cardigan sin agujero para los brazos que se luce por encima de los hombros. Tampoco falta el vestido capa o la mini capa con cierre frontal de botones.
Pero, ¿cómo llevarla sin que parezca que vamos a dar las campanas o a interpretar el papel del Conde Drácula? Depende mucho del tipo de capa elegida. Si es para una boda o evento que implica un código de vestuario más elaborado y formal, es normal lucirla con vestidos o trajes. Para restar sobriedad a la capa (si es que optas por alguna de colores oscuros), siempre puedes añadir unas pulseras anchas o pendientes con personalidad. De lo contrario, si tienes pensado hacerte con una capa para el día a día, decántate por algún diseño que no se alargue más allá de las rodillas, te facilitará el caminar. Y no olvides la capa corta, "ideales para darle un toque sofisticado a looks urbanos y cotidianos sin perder comodidad. Son fáciles de combinar con jeans, pantalones de corte relajado o incluso faldas", comentan desde Iturri Enea. Además, hay apuestas de corte asimétrico, con detalles como flecos o de colores vivos que no resultan tan señoriales. Por supuesto, siempre puedes añadir unos vaqueros a la ecuación, la fórmula idónea para equilibrar el resultado final, como demuestran algunas prescriptoras de estilo en el Street Style.
En la pasarela, Chloé da un giro de 180 grados a la capa, tanto en su aspecto (corta y de efecto piel), como en la forma de lucirla (sobre vestidos etéreos de inspiración boho), una fórmula que deja claro el carácter versátil de la capa. En Bottega Veneta mantienen la esencia clásica de esta prenda, concebida como un híbrido a medio camino entre un vestido y un abrigo.
En la alfombra roja la capa nunca ha desaparecido del todo gracias al vestido-capa, una apuesta recurrente que este año firmas como Oscar de la Renta, Gucci o Schiaparelli han incluido en sus colecciones. Más llamativa e interesante es la capa lucida como accesorio o parte principal del look. Por ejemplo, la actriz Margaret Qualley acudió a uno de los actos de promoción de la película La sustancia, con una capa de Chanel decorada con pedrería y con los hombros, al descubierto, decorados con lazos. En este caso, la capa era la protagonista absoluta. Lupita Nyong'o también se dejó convencer por una capa de la firma francesa, una apuesta de color negro y de marcado aire teatral que lució sobre un vestido corto. Y en el caso de Sydney Sweeney, la capa corta funcionó como el toque preppy de un vestido floral realizado a medida por Erdem para el Festival de Cine de Toronto. Si quieres marcar la diferencia esta temporada, ya sabes cuál es la apuesta segura.
5 capas para combatir el frío
Elena Muñoz tiene una experiencia de más de una década escribiendo sobre moda. A lo largo de su trayectoria ha cubierto los desfiles de la semana de la moda de Madrid, las alfombras rojas de los premios más importantes del mundo y ha entrevistado a decenas de celebridades y diseñadores. Además, no se pierde ninguna novedad en materia de tendencias. A la hora de escribir sus artículos y reportajes, Elena Muñoz busca siempre una perspectiva más analítica, indagando sobre el simbolismo de las prendas, el significado de las tendencias y curioseando en la historia de la moda, tratando de ir un paso más allá y ofrecer otra visión de la industria, que es mucho más que ropa. Además, le interesa curiosear sobre nuevas firmas independientes, reivindicar las marcas made in Spain y hablar sobre sostenibilidad.
Estudió periodismo y comunicación audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y desde muy pronto se adentró en las redacciones de revistas, donde ha desarollado toda su carrera. Aprendió en las redacciones de Grazia, Glamour y Marie Claire, donde desempeñó funciones de periodista digital pero también se familiarizó con la prensa escrita. Estuvo casi cinco años como editora digital de moda en Hola. En la actualidad colabora con diferentes medios de comunicación, entre ellos Elle. También tiene una newsletter, "El sofá", donde habla de cultura y mujeres que inspiran.