Si a principios de los 2000 eras veinteañera, seguro que sabes de lo que estamos hablando. Si no, tranquila: aquí te lo contamos. Los zapatos peep-toe, esos que fueron todo un hit con el cambio de milenio, que lucían celebrities como Sara Jessica Parker, J. Lo o Angelina Jolie y que se convirtieron en el calzado obligado de los looks de invitada más distinguidas, han vuelto. Y cuesta entenderlo, somos conscientes
Quien esto escribe también los llevaba en su momento, of course. Y aún recuerdo con asombro y estupor unos Jimmy Choo de tacón y plataforma infinitos, y en charol nude –algo que también se estilaba mucho en la época– que lucí en la boda de unos amigos. Y con los que pude haberme hecho un esguince como mínimo. O dos. Ahora que lo pienso, deberían haber pagado un plus de peligrosidad a sus usuarias.
Las firmas que nos han devuelto los zapatos peep-toe
Pero volviendo al presente, el mérito de este controvertido comeback es de Miu Miu. Y solo de Miu Miu. Firma especialista, sin duda, en crearnos necesidades que a veces no sabemos ni por dónde coger. Aunque no es la única. Otras marcas como Prada, Tory Burch o Alaïa también están contribuyendo al regreso paulatino de este calzado que la reina Letizia ya hizo suyo hace diez años. Lucía sus peep-toe con tanta frecuencia que aún hoy se les recuerda como los “letizios”.
Nota: los que ella llevaba incluían plataforma por aquello de acortar unos centímetros su diferencia de estatura frente al rey Felipe VI. Y se convirtió en un modelo transversal que durante años fue el favorito tanto de royals y celebrities como de referentes de la estética “choni”.
De momento podemos estar tranquilas ante la posible “amenaza” de un regreso de los peep-toe con plataforma. No parece que esta versión extrema tenga previsto volver, pero Miu Miu sí nos ha traído ya su alternativa más refinada.
De moda, sí. Pero incómodos también
La definición del zapato peep-toe es clara. Lo que le diferencia de otros zapatos de tacón es su puntera abierta, lo justo para que asome el dedo gordo y poco más. Es la versión más fiel de este icónico zapato, original de los años 40 y cuyo nombre significa “el dedo que se asoma”. Tal cual.
Y aunque en aquella época enseñar los dedos así, de forma sutil pero evidente, supuso una auténtica revolución y un acto de rebeldía por parte de muchas mujeres, hay que reconocer –y avisar, ojo–, que no suelen ser muy cómodos. El hecho de que al andar el dedo gordo se vaya escurriendo hacia afuera por el orificio no hace especialmente confortable este calzado. Menos aún si es de puntera afilada.
Para nuestra tranquilidad diremos que las firmas que han recuperado este tipo de zapatos lo han hecho de formas diversas y variadas. Y en su mayoría más sutiles que Miu Miu, sin duda. Ya sea en versiones tipo zueco sin sujeción en el talón, con la puntera más abierta de lo habitual o, al contrario, con una apertura mínima, lo cierto es que quien quiera recordar o probar por primera vez este calzado se va a encontrar con distintas opciones entre las que escoger.
Famosas con estilazo como Lady Gaga, Elisa Sednaoui o Saoirse Ronan los han vuelto a llevar en las últimas semanas. Y ahora, la pregunta: ¿les damos una (nueva) oportunidad?
